Se desconoce la autoría de los hechos

Queman la foto y las flores del homenaje a Miguel Ángel Blanco en Getafe

Los objetos que formaron parte del homenaje realizado ayer a Miguel Ángel Blanco en el vigésimo aniversario de su asesinato en Getafe han amanecido quemados, según han transmitido a Efe fuentes municipales, que aseguran que se desconoce la autoría de estos hechos.

ondacero.es

Madrid |

Las flores del homenaje a Miguel Ángel Blanco en Getafe | @monica_cobo / Portavoz de C's en el Ayto. de Getafe

Situada en la calle que lleva su nombre en el centro de la localidad, la ofrenda consistía en "unos claveles, una fotografía y unas velas", han indicado estas fuentes, que en la mañana de hoy han aparecido calcinados.

En el pleno de hoy en el Ayuntamiento, la alcaldesa de la localidad, Sara Hernández, ha condenado los "actos vandálicos" producidos, postura en la que ha coincidido con el PP de la localidad, que en su cuenta de Twitter ha indicado que el recuerdo de Blanco "unió a todos contra ETA".

A través de esta red social también se ha posicionado la portavoz de Ciudadanos en el Consistorio, Mónica Cobo, que ha calificado los hechos como "saboteo" y ha manifestado que "podrán quemar las flores pero no acabarán con su memoria".

A nivel nacional, también se han manifestado en redes sociales políticos como la eurodiputada de UPyD, Maite Pagazaurtundúa, quien ha valorado que la quema ha sido "seguramente" obra de "jóvenes que no saben que hubo quien se jugó la vida y la perdió por ellos".

Por su parte, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido ha afirmado que "no respetar el recuerdo de Miguel Ángel Blanco es atacar a las víctimas y a la libertad" y ha asegurado que "quien lo hizo lo debe pagar".

El homenaje organizado por el Ayuntamiento tuvo lugar ayer en Getafe, en el que la alcaldesa indicó que "el secuestro y vil asesinato de Miguel Ángel Blanco" unió a la sociedad española para hacerla "más libre".

La regidora recordó el que "movimiento cívico y espontáneo tras su secuestro y posterior asesinato, denominado espíritu de Ermua, supuso un punto de inflexión en la percepción que la sociedad española tenía de la actitud de la sociedad vasca ante ETA", que calificó como "una nueva conciencia ante el terrorismo".