La relación entre el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España ha sido objeto de controversia, especialmente después de los atentados de Barcelona y Cambrils en 2017, que fueron perpetrados por jóvenes radicalizados que estaban bajo su influencia.
Según las investigaciones periodísticas y algunos informes publicados, Abdelbaki Es Satty tenía antecedentes por narcotráfico, y en 2012 fue trasladado a Ceuta desde la cárcel de Castellón para ser juzgado por ese delito. Durante ese tiempo, según los reportes, Es Satty cambió de actitud, pasando de una postura islamista radical a una actitud de bajo perfil, posiblemente para evitar su expulsión a Marruecos. A partir de abril de 2012, comenzó a recibir visitas de la Guardia Civil, lo que indicaba que estaba en el radar de las fuerzas de seguridad.
Lo más relevante en esta historia es que, dos años después, en 2014, Es Satty fue contactado por agentes del CNI, quienes aparentemente intentaban reclutarlo como informante. Se ha sugerido que el CNI ya seguía su evolución ideológica mientras estaba en prisión, lo cual es habitual en casos donde individuos con perfil islamista radical pueden ser potencialmente utilizados como fuentes de información para prevenir actos de terrorismo o para vigilar redes yihadistas.
Aunque el CNI ha negado en varias ocasiones que Es Satty fuera un informante activo en el momento de los atentados de 2017, varios reportes indican que estuvo en contacto con agentes del servicio de inteligencia antes de ser el imán de Ripoll y radicalizar a los jóvenes que luego perpetrarían los ataques. Este tipo de relación plantea interrogantes sobre el nivel de conocimiento que las autoridades tenían respecto a sus actividades y su capacidad de influencia.
La especulación sobre este vínculo ha sido alimentada por la forma en que el CNI gestionó su relación con Es Satty. Por ejemplo, algunos medios han señalado que su cambio de actitud en prisión, su posible cooperación con las fuerzas de seguridad y su posterior implicación en la célula terrorista de Ripoll muestran una compleja interacción entre la radicalización y la posible colaboración con los servicios de inteligencia.
En resumen, la relación del imán de Ripoll con el CNI involucra su intento de reclutamiento como informante tras su encarcelamiento en 2012, pero ha sido negada formalmente por el CNI, a pesar de los indicios que sugieren que fue vigilado y contactado por las fuerzas de seguridad en diversas ocasiones antes de los ataques de 2017. Este vínculo genera una importante controversia, ya que plantea preguntas sobre si se podría haber prevenido o anticipado su participación en la radicalización de la célula yihadista de Ripoll.
La relación del CNI y el imán de Ripoll, entre los informes del 17A que piden desclasificar
En el documento firmado por PSOE, Sumar y Junts para el plan de trabajo de la comisión de investigación del Congreso, al que ha tenido acceso EFE, se solicita que se declasifique por parte del Consejo de Ministros la información reservada o secreta que pueda existir sobre esos atentados, de conformidad con la Ley de Secretos Oficiales. Entre lo que piden desclasificar:
Visitas a la prisión de Castellón
De este modo, solicitan información por parte del CNI del registro de visitas a Es Satty en la prisión de Castellón por parte de los miembros de los servicios secretos y transcripción de las entrevistas mantenidas por los miembros del CNI y el imán.
Permiso de residencia
Asimismo, pedirán el permiso de residencia de larga duración de Abdelbaky Es Satty y el expediente de solicitud de residencia; la circular a nivel policial, si la hubo, advirtiendo de la aplicación del Reglamento europeo sobre precursores de explosivos, y el sumario del caso con vídeos y pruebas de voz de los testigos.
La furgoneta blanca
También demandarán la prueba documental fotográfica de la furgoneta blanca, marca Mercedes BENZ, matrícula 2958-BVZ que se encontró en la calle San Pedro, de San Carlos de La Ràpita, días después de la explosión en Alcanar, propiedad de Abdelbaki Es Satty, y que está en el depósito Egara, en Terrassa, de los mossos d'Esquadra.
Los acuerdos de las Juntas de Seguridad Autonómicas sobre coordinación entre Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los Mossos d´Esquadra desde 2011, y la información que obre en poder de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sobre posibles amenazas terroristas en el período 2016 y 2017, son otros documentos que pedirán los grupos.
