exmiembro de ETA

Rafael Caride, autor del atentado de Hipercor, queda en libertad definitivamente tras 26 años en la cárcel

El exmiembro de ETA Rafael Caride Simón, de 74 años de edad y natural de Vigo, ha liquidado su condena este domingo, tras cumplir 26 años de prisión, condenado, entre otros, por el atentado a Hipercor cometido el 19 de junio de 1987 en Barcelona, en el que fallecieron 21 personas y 45 resultaron heridos.

Europa Press

Madrid |

Rafael Caride Simón, 'Lutxo', juzgado por el atentado de ETA en el Hipercor de Barcelona en 1987 | EFE

Según han informado fuentes de instituciones penitenciarias, el ya expreso, acogido a la 'Vía Nanclares', se ha dirigido a primera hora de este domingo a la cárcel guipuzcoana de Martutene para firmar su excarcelación, por lo que ha quedado definitivamente en libertad.

Expulsado del Colectivo de Presos de ETA, EPPK, Caride es uno de los arrepentidos de la banda acogidos en la 'Vía Nanclares', y se sumará a la treintena de presos que optaron por este proyecto de reinserción que se encuentran ya en libertad. Rafael Caride Simón fue condenado a 790 años como autor material del atentado de Hipercor y ha mantenido encuentros con sus víctimas, a las que ha expresado su sentimiento de culpa. Además, ha participado en actividades y talleres de tratamiento sobre terrorismo.

Desde 2017 se encontraba en libertad condicional, después de que el juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, aceptara su recurso y acordara medidas de flexibilización en la fase final de ejecución de su pena. En su auto, el magistrado destacó el avanzado estado de cumplimiento de su condena, su buena conducta penitenciaria y el hecho de que cuente con apoyo familiar y hábitos laborables consolidados. Asimismo, el interno expresó por escrito su renuncia, rechazo y arrepentimiento por los hechos por los que fue condenado. Además de su desvinculación a la banda, el juez tuvo en cuenta sus posibilidades de realizar actividades fuera de la cárcel.

Este domingo ha liquidado su condena y no deberá regresar a la prisión, a la que a la que solo acudía ya a firmar una vez por semana. Sus últimos diez años de pena estuvo interno en Zaballa (Álava), la antigua Nanclares, a la que fueron trasladados los presos de ETA arrepentidos que se acogieron a la vía que lleva el nombre del centro penitenciario.