La legislatura va a ser complicada, como el propio presidente del Gobierno reiteró en su discurso de investidura. Por eso, además de apostar por la continuidad de su núcleo duro ha incluido en su ejecutivo a tres ministros que formaron parte del grupo negociador con Ciudadanos. Y lo ha hecho manteniendo los equilibrios de poder entre las dos mujeres que forman parte de su estricto circulo de confianza, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. Esta última seguirá siendo secretaria general del PP hasta, al menos, el proximo Congreso.
Lo que no ha hecho Rajoy es tocar el partido a la hora de diseñar su nuevo Gobierno, ya que sabe que será fundamental en esta legislatura. Además también porque no está entre su modo de actuar cambiar aquello que funciona, como ha reconocido esta mañana en el programa Mas de Uno, el vicesecretario de organización, Fernando Martínez Maillo.
El tercer pilar de la legislatura de Rajoy va a ser el grupo parlamentario, al que sólo ha afectado ligeramente el nombramiento del Gobierno. Habrá que esperar a ver si los segundos niveles de la administración del Estado (secretarios de Estado y secretarios generales), se nutren de parlamentarios.
También en el grupo tendrán que acoger a alguno de los ministros que han cesado. Una de las vacantes que han quedado en el Congreso, la Presidencia de la Comisión Constitucional, que hasta ahora ocupaba el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, parece estar destinada para el que ha sido hasta ayer titular de Exteriores, José Manuel García Margallo.
