Puigdemont ha llegado poco después de las cinco de la tarde al complejo de la Presidencia del Gobierno y en medio de la lluvia y tras descender del vehículo en el que se ha desplazado hasta allí, ha sido saludado por Rajoy en la escalinata de acceso al edificio principal de la Moncloa.
Posteriormente, ambos han posado para los informadores gráficos mientras se saludaban flanqueados por las banderas de España, Cataluña y la Unión Europea y han accedido al interior del edificio.
En la reunión no hay posibilidad de acercamiento alguno en torno a las aspiraciones soberanistas de Puigdemont.
El presidente de la Generalitat tiene previsto explicarle su hoja de ruta y Rajoy le escuchará para advertirle posteriormente de que no permitirá nada que atente contra la unidad de España.
Horas antes de la entrevista, Puigdemont se ha mostrado dispuesto a defender una "consulta pactada" sobre la independencia de Cataluña, pero ha rechazado la "zanahoria" de una reforma constitucional para mejorar el encaje de Cataluña en España.
Y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, le ha respondido advirtiéndole de que sabe que la consulta que plantea es imposible.
Más allá de la cuestión independentista, el Gobierno estima que se puede hablar de muchos temas y cree que, entre ellos, puede estar el momento político que vive España, la situación económica en general y en Cataluña, los 23 puntos que el expresident Artur Mas trasladó a Rajoy en su reunión de julio de 2014, el Corredor del Mediterráneo o la situación de los refugiados.
Por su parte, Puigdemont pretende hablar también de la pobreza energética, el techo de déficit y los "incumplimientos" del Estado con Cataluña.
Al término de la reunión, el presidente de la Generalitat se desplazará a la sede del gobierno catalán en Madrid para ofrecer una conferencia de prensa, mientras que no se ha concretado quién expondrá la versión de la entrevista por parte del Gobierno central.