El pasado 4 de febrero, Pelucha, una perra podenca, apareció calcinada y con varias costillas rotas en la localidad toledana de Villanueva de Alcardete.
La vida de Pelucha no fue fácil desde sus comienzos. Hace tres años un cazador decidió deshacerse de ella, pero "dos personas increíbles se cruzaron en su camino dándole una oportunidad y cambiando así el curso de su destino". Con tan solo cinco años, Pelucha encontró un hogar y unos dueños que la querían y cuidaban y pese al pánico que tenía a las personas, con mucha paciencia y cariño, se recuperó.
A Pelucha le encantaba salir al campo a correr, por lo que sus dueños no dudaban en llevarla para que disfrutara. Sin embargo, un día en uno de sus habituales paseos, la podenco echó a correr junto a otro can y se perdieron de vista. Tras esto, Pelucha nunca regresó y así fue como comenzó la pesadilla de sus dueños, que ahora recogen firmas a través de la plataforma Change.org para que se investigue la muerte de su perro.
Fran y Laura, sus dueños, buscaron por toda la localidad y los alrededores, pero Pelucha no aparecía. Dos días más tarde de lo sucedido, encontraron el cuerpo sin vida de su perro. Estaba totalmente calcinado y "tenía todas las costillas del lado izquierdo rotas, desplazadas de la columna, lo que dejaba claro que antes de quemarla la habían apaleado", cuentan en la petición.
Los dueños del perro dieron aviso a la Guardia Civil para denunciar lo ocurrido, pero la respuesta del cuerpo fue que el Seprona que se hacía cargo de su localidad no podía desplazarse hasta allí en ese momento, por lo que les indicaron que tendrían que ir a interponer la denuncia al día siguiente.
Al día siguiente, los agentes del Seprona fueron hasta donde estaba el cuerpo y solo pudieron confirmar lo que ya se sabía en cuanto a las lesiones que el animal presentaba. Pero no pudieron hacer nada más porque no existían sospechosos, y al tratarse de un animal, se ven obligados a archivar el caso.
Por ello, la iniciativa de Change.org pide que se investigue el asesinato y que el culpable no quede impune. La propuesta ya ha sido firmada más de 74.000 personas.
Las imágenes del animal, que pueden herir la sensibilidad del lector, han sido publicadas en Facebook por la asociación Salvando Ángeles Sin Alas.