El 'juancarlismo' ha sido la seña de identidad de una transición que ha ido dando forma al país, sin embargo, desde ese 22 de noviembre de 1975 la España que Felipe VI está destinado a reinar presenta otras circunstancias.
Felipe de Borbón asume el trono en un momento en el que la imagen de la monarquía no vive sus mejores años. La última encuesta del CIS puntuaba a la corona con un 3,72 sobre diez. Este suspenso claro, mejoraba un poco la última calificación que el Centro de Investigaciones Sociológicas había realizado anteriormente, pero aún así distaba del aprobado.
Este deterioro se debe en buena medida al impacto del caso Nóos en la Casa Real. La abdicación ha tenido lugar a pocos días de que el juez Castro cierre la instrucción y se conozca si finalmente la infanta Cristina permanece o no imputada. Al margen de este dato el hecho de que el yerno del Rey ha sido suficiente para detonar la imagen de la monarquía en la ciudadanía.
El nuevo rey tendrá que intentar mejorar esta imagen y volver a ganarse el crédito de la calle si no quiere una extrapolación de lo que ha pasado en el panorama político donde el bipartidismo ha sufrido la mayor debacle conocida. PP y PSOE no han alcanzado el 50% de los votos en las últimas elecciones europeas. Heredado de este escenario se plantea el auge de los partidos minoritarios que reclaman entre otras cosas un referéndum para preguntar en la calle si se quiere mantener la Monarquía.
La posible reforma constitucional es un frente abierto que abarca varios asuntos y la hipótesis de una consulta sobre este tema abriría la mano para pedir el reconocimiento del reclamado "derecho a decidir" de los catalanes, que previsiblemente llevaría detrás a los vascos.
También alzaría las voces de esos más de diez millones de personas que forman parte del territorio español y que por motivos de edad no participaron en la votación de la Carta Magna del 78.
Quizás no querer hurgar en la herida ha sido la razón por la que nunca se ha modificado el artículo 57 de la Constitución que hace prevalecer al varón por delante de la mujer en lo que a derechos sucesorios se refiere y todavía no ha sido modificado. En el caso español como el matrimonio formado por Felipe y Letizia sólo tienen dos hijas deja a la infanta Leonor como próxima Princesa de Asturias.
La crisis económica que marca la agenda española de los últimos años, también es otro de los problemas que debe saber manejar Felipe VI. Las buenas relaciones que el rey Juan Carlos mantenía con mandatarios de países extranjeros ha servido como aval en muchas ocasiones para conseguir beneficiosos contratos laborales para el país. El Príncipe ha de seguir manteniendo estas tablas si quiere un reconocimiento de su trabajo como embajador de la marca España, algo que hasta el momento ha conseguido sobre todo en su apoyo a la candidatura de Madrid como sede de los juegos Olímpicos 2020.