El Rey Felipe VI ha visitado este lunes la capilla ardiente del extenista Manolo Santana, fallecido este sábado a los 83 años, instalada en la Caja Mágica de Madrid. Allí, el monarca ha transmitido el pésame y el apoyo de la Casa Real a los allegados de quien fuera gran leyenda del tenis español.
Poco antes de que la capilla ardiente cerrase sus puertas, pasadas las 19.30 horas, el Rey departió unos minutos ante el féretro con los hijos y con la viuda de Santana, Claudia Rodríguez, con quien estuvo contemplando las coronas de flores recibidas y las fotos de los momentos históricos de la carrera del tenista que se habían instalado a pocos metros.
La capilla ardiente se instaló este lunes en la pista central de la Caja Mágica, que lleva el nombre de quien fue un pionero del tenis español.
Tras el homenaje recibido en su ciudad natal, las cenizas de Manolo Santana volverán a Marbella (Málaga), como era su deseo, según confirmó su viuda.
Santana fue la primera gran figura del tenis español. Conquistó cuatro Grand Slam: dos Roland Garros, en 1961 y 1964; un Wimbledon, en 1965, y un Abierto de Estados Unidos en 1966, mismo año que consiguió ser el número uno del ránking mundial.
Después de su retirada, siguió muy unido al mundo del deporte y a la ciudad marbellí, en la que en 1983 se hizo cargo del Club de Tenis de Puente Romano, que pasó a llamarse con su nombre, y a partir de 1997 dirigió el Manolo Santana Racquets Club.
En 2000, el Consejo Superior de Deportes le concedió la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo por su trayectoria profesional.