Los Reyes de España llegan a un Reino Unido debilitado y tocado por el Brexit
Los reyes don Felipe y doña Letizia llegan por primera vez en visita oficial a un Reino Unido con el Gobierno más débil de los últimos años y la sombra de las negociaciones del Brexit y Gibraltar, aunque persiste el compromiso de ambos países por reforzar sus relaciones.
Felipe VI y Letizia, que protagonizan la primera visita de Estado de un monarca español al Reino Unido desde 1986, escenificarán durante los próximos tres días los sólidos vínculos monárquicos y entre los dos estados, que, según fuentes diplomáticas españolas, "están en su mejor momento histórico".
Para el Reino Unido, que lleva tiempo esperando este evento -pospuesto dos veces por la inoportuna coyuntura-, se trata además de la primera visita de este nivel desde los atentados terroristas ocurridos entre marzo y junio en Manchester y Londres, y el trágico incendio de un bloque de pisos en el oeste de la ciudad.
Será una visita de Estado en la que el príncipe Enrique, hijo menor de Carlos, heredero al trono, y la fallecida Diana de Gales, tendrá por vez primera un papel oficial. También puede ser la última del príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, que se retirará en otoño de sus labores oficiales.
Durante su estancia, del 12 al 14 de julio, don Felipe será recibido por la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, en un momento en que su Gobierno se tambalea, al depender del apoyo de los diez diputados del Partido Unionista Democrático (DUP) norirlandés en la Cámara de los Comunes.
Tras perder contra pronóstico la mayoría absoluta en las elecciones del 8 de junio, May preside un Ejecutivo dividido sobre la futura orientación del país y concretamente de las negociaciones del Brexit, entre rumores de que pronto será objeto de un desafío a su liderazgo.
Para asistir a la ceremonia de bienvenida de los Reyes, mañana en el Horse Guard Parade, la jefa del Gobierno eludirá su comparecencia semanal ante la Cámara de los Comunes, algo inusual cuando está en Londres, lo que ha suscitado las críticas de la oposición. "O sea, que su historial de no aparecer se mantiene. Está contra las cuerdas en el Parlamento, bajo presión en Europa y ahora además huye de los laboristas", declaró el diputado de este partido, James Frith al "MailOnLine".
Felipe VI pronunciará seis discursos durante este primer viaje de Estado al Reino Unido en más de 30 años, uno de ellos mañana, miércoles 12 de julio, que leerá ante una sesión conjunta de las dos Cámaras del Parlamento, una deferencia ofrecida solo a los líderes más queridos. Es posible que, en ese discurso ante los Comunes y los Lores, el Rey aluda al contencioso de Gibraltar, al igual que hizo su padre, el Rey Juan Carlos I, en la anterior visita de Estado, en abril de 1986.
Pese a las buenas relaciones entre los dos países, ejemplificadas por el comercio bilateral y el turismo, el control sobre Gibraltar, bajo soberanía del Reino Unido desde 1713, sigue siendo un asunto pendiente. Las diferencias resurgieron al inicio de las negociaciones con Bruselas sobre el Brexit, cuando la UE dejó claro que cualquier acuerdo con el bloque sobre el Peñón debería contar con la aprobación de España.
Pese a este aparente poder de veto concedido al Estado español, Theresa May incluyó a los gibraltareños en su propuesta para regular el estatus de los británicos y los comunitarios expatriados tras la salida del Reino Unido del club europeo, lo que molestó al Gobierno de Madrid.
El embajador británico en España, Simon Manley, ha afirmado en una entrevista con EFE en Madrid que el Gobierno británico "no va a negociar una solución que vaya contra el interés de los gibraltareños", por lo que sugirió dialogar de "cosas prácticas", en lugar de sobre la soberanía de la colonia.
Al margen de la política, la visita de los Reyes de España será un motivo de celebración y de pompa y fasto, que empezará el miércoles 12, cuando sean recibidos por sus anfitriones, Isabel II y Felipe de Edimburgo, tras una procesión por el centro de Londres.
En los últimos días, los asombrados turistas han podido ver cómo unos mil soldados y unos 250 caballos, que escoltarán la carroza en la que se trasladarán Felipe VI y Letizia, ensayaban sus movimientos.