En la sesión de control al Gobierno del pleno del Congreso, Sáenz de Santamaría ha respondido en estos términos a una pregunta de la diputada socialista Meritxell Batet, que se ha interesado por conocer cómo piensa afrontar el Ejecutivo la relación con las instituciones y la sociedad catalana.
Batet ha admitido que "es verdad que algo se ha empezado a mover" en las últimas semanas, pero ha advertido de que habrá que hacer esfuerzos "mayúsculos" para intentar cambiar las cosas.
Esta legislatura es, para la diputada del PSC, una "buena ocasión" para incorporar a la actitud diaria del Gobierno "la pluralidad del país", sobre todo para acercar a los dos ejecutivos y a las sociedades que representan para "bajar la conflictividad".
Sáenz de Santamaría ha prometido trabajar por la búsqueda del consenso, dentro de la legalidad institucional, respetando y pidiendo a otros que respeten el marco constitucional de convivencia y atendiendo a las necesidades reales de todos los catalanes.
"Dialogando, y dialogando mucho, especialmente con su grupo", ha resumido, convencida de que cuando el PP y el PSOE han trabajado juntos es cuando han acertado.
Según la también ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales, en este tema "no caben las equidistancias". "Espero que ustedes y nosotros estemos siempre en el mismo sitio, en el respeto a la ley y a nuestro marco constitucional de convivencia. Ese es el entorno adecuado para el diálogo".
En su réplica, Batet ha propuesto abordar "la cuestión de fondo" para llegar a la "política de los acuerdos, de las acciones", y en ese escenario ha considerado "urgente" la renovación del acuerdo territorial mediante la reforma de la Constitución.
Ha dicho ser consciente de la política de estado que requiere este tema y ha insistido en trabajar en esta línea, con la vista puesta en "objetivos que valen la pena", como el derecho a convivir y construir juntos un proyecto ilusionante.
"Y para eso es urgente dejar de parapetarse detrás de la Constitución y la ley y utilizarlas para hacer política de diálogo, de negociaciones honestas y, sobre todo, de consensos", ha enfatizado.
En opinión de Batet, "no puede ser que el Gobierno de España no tenga una política para Cataluña", como tampoco "puede ser" que la Generalitat catalana "deje sin voz a sus ciudadanos" en la Conferencia de Presidentes con la ausencia de Carles Puigdemont.
Así las cosas, ha urgido a trabajar para encontrar cauces políticos y ha garantizado al Gobierno la ayuda de los socialistas si la vía elegida es la reforma de la Constitución.
La vicepresidenta ha recordado que modificar la Carta Magna requiere consenso en el punto de salida y en el de llegada, ponerse de acuerdo en el diagnóstico de los problemas y también en las soluciones.
Antes de negar que el Gobierno utilice la Constitución como "parapeto", Sáenz de Santamaría ha señalado que el éxito del texto constitucional del 78 es que fue producto de todos y servía para dar cobijo a todos.
"Eso es lo que tenemos que buscar, eso es lo que se llama concordia. Y sólo si mantenemos la concordia que logramos en 1978 lograremos fortalecer nuestro modelo y no debilitarlo", ha añadido.
Por lo demás, ha insistido en que el Gobierno trabajará para abrir cauces de diálogo y ha asegurado que el Ejecutivo ha atendido en la pasada legislatura y en la actual las necesidades reales de los catalanes.