El presidente añade una nueva ventaja para justificar la amnistía: el crecimiento económico. Desde el atril de la rueda de prensa conjunta que ha celebrado con su homólogo chileno Gabriel Boric, Pedro Sánchez ha eludido responder a la cuestión de si la aprobación del Dictamen de la Ley de Amnistía consolida o no la legislatura. Tan solo ha vuelto sobre la tesis mil veces repetida de que "los españoles y españolas hablaron el pasado 23J diciendo que querían un gobierno progresista cuatro años más. Y eso es lo que está haciendo el gobierno de España".
Lo importante es la reconciliación.
Para Sánchez ya es hora de pasar página. A su juicio "estamos despilfarrando una gran cantidad de energía en hablar de una crisis y un conflicto que ocurrió en 2017, en lugar de hablar de los conflictos como los de Gaza, Ucrania, la desigualdad en España, nuestro mercado de trabajo o la sequía. Él prefiere centrarse -apunta- en la tarea de gobierno y en llamar a la reconciliación. Y a este respecto apuntaba de nuevo hacia PP y Vox lamentando que "la derecha falle otra vez ante una nueva gran cita por la concordia entre españoles. No hay objetivo más noble que contribuir a esa convivencia". El presidente -aprovechando que el PP pidió un dictamen sobre la amnistía a la Comisión de Venecia -se ha apoyado precisamente en ese informe europeo para justificar los retoques que finalmente convencieron a Junts para aprobar la última redacción de la ley.
Hay gobierno para rato.
Y luego estaba la pregunta económica sobre la amnistía: ¿qué posibilidades hay de aprobar los próximos Presupuestos Generales del Estado? Aquí Sánchez ha vuelto a desear el escenario a medio plazo más que a garantizarlo -tras oír ayer a su socio extraparlamentario Carles Puigdemont -que hablaba de paso a paso sin decir que sí a nada-.
Por eso, Sánchez solo se compromete a fijar el objetivo: aprobar los presupuestos cada año. Y para ello apostaba por su frase favorita. "Hay gobierno para rato y vamos a hablar con todas las fuerzas parlamentarias para sacar adelante esos presupuestos generales".
Sánchez pide un margen de confianza
Para terminar, el presidente aseguraba entender "que pueda haber españoles y españolas con dudas sobre la amnistía como lo tuvieron los indultos, pero les pide que confíen en esta nueva medida porque va a ser beneficiosa para la estabilidad económica. Hoy en Cataluña "hay más inversión, hay más turismo" -añade- y sobre la legalidad de la ley insistía en otro argumento que sostiene habitualmente: "La amnistía entró en el Congreso constitucional y va a salir constitucional.