El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no eludirá el debate y las preguntas que le formulen los eurodiputados sobre la ley de amnistía durante su comparecencia de este miércoles ante el Pleno de la Eurocámara para hacer balance de los logros del semestre de la presidencia española de la UE, han asegurado fuentes gubernamentales.
Aunque el objetivo de la comparecencia no es otro que reivindicar los resultados del trabajo realizado durante estos meses por parte de la presidencia española del Consejo de la UE, en Moncloa son plenamente conscientes de que la ley de amnistía será una de las cuestiones que algunos de los líderes de grupos parlamentarios y eurodiputados quieran sacar a colación durante el debate.
En este sentido, las fuentes inciden en que será Sánchez quien decida los términos en los que les responde a las inquietudes o críticas que puedan plantear llegado el momento, al tiempo que defienden que el presidente está siempre preparado para abordar cualquier cuestión que pueda surgir, incluida esta que tanta polémica ha generado.
De hecho, la amnistía ya ha sido tema de discusión en la Eurocámara, que le dedicó un debate en su sesión de noviembre. Entonces, el comisario de Justicia, Didier Reynders, dijo que seguiría con atención la evolución de la ley, por lo que el dictamen de la Comisión Europea no concluirá hasta que la norma supere su tramitación parlamentaria y adopte su forma definitiva.
Por otra parte, Sánchez coincidirá en Estrasburgo con el expresidente catalán Carles Puigdemont, quien es eurodiputado y por tanto podría intervenir en el debate. En este sentido, desde el Gobierno aseguran que no hay previsto ningún encuentro ni contacto entre ambos y apuntan a que, si ambos llegaran a cruzarse por los pasillos, el presidente le saludaría como haría con cualquier otro eurodiputado español manteniendo los niveles de cortesía y elegancia.
Una comparecencia cinco meses tarde
La intervención de Sánchez debería haberse producido en el arranque de la presidencia, en el mes de julio, pero entonces se acordó con la Eurocámara que puesto que coincidía con la campaña electoral era mejor aplazarlo a una fecha posterior.
El calendario posterior, con la investidura fallida primero del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a finales de septiembre y luego la reelección de Sánchez en octubre impidieron que el presidente acudiera a los plenos de esos dos meses. Despejado ya el panorama interno, no obstante, se decidió que acudir a Estrasburgo en noviembre ya no tenía sentido y era mejor que Sánchez realizara una comparecencia para hacer balance del semestre español.
En este sentido, en el Gobierno se muestran muy orgullosos de los logros alcanzados y los avances que se han logrado en muchas áreas en estos seis meses y confían de que antes de que el 1 de enero España pase el testigo a Bélgica se pueda cerrar algún otro dossier o al menos dejarlo encarrilado para que la siguiente presidencia del Consejo de la UE lo haga antes de las elecciones europeas de junio.
Antes de su intervención ante el Pleno, en el que también tomará la palabra la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, Sánchez mantendrá un breve encuentro, como es tradicional, con la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola.
Una vez finalizado el debate, el presidente del Gobierno pondrá rumbo a Bruselas donde el miércoles por la tarde participará en la cumbre entre la UE y los Balcanes Occidentales y el jueves y viernes se celebra un Consejo Europeo con una agenda muy cargada en el que, entre otras cosas, se discutirá sobre la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania o sobre la situación en Oriente Próximo.
A su llegada a la sede de la Eurocámara en Estrasburgo, Sánchez se encontrará previsiblemente el autobús de Hazte Oír con una imagen suya en la que parece Hitler y que se ha desplazado hasta la ciudad francesa para entregar 100.000 firmas contra lo que definen como "golpe de Estado" y una carta a todos los eurodiputados, según ha informado la organización en X, antiguo Twitter.