El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha reconocido en el congreso del PSOE en Palencia que su Ejecutivo sufrirá para aprobar algunas medidas en el parlamento, entre ellas, la tributación del SMI en el IRPF.
En la cita en la que será elegido el acalde de Soria, Carlos Martínez Mínguez, como líder de la formación progresista en Castilla y León, Sánchez ha manifestado que su Gobierno "no podrá meter canasta en cada posesión" pero que en los últimos años van "ganando el partido por goleada". El presidente se ha referido así a las dificultades y las derrotas parlamentarias que ha sufrido el Gobierno para aprobar algunas medidas como el segundo decreto Ómnibus.
Sánchez también ha hecho referencia a las críticas procedentes del PP por no eximir al SMI de tributar en el IRPF. "Los que congelaron el SMI en 735 euros ahora se rasgan las vestiduras porque el 20% de los que lo cobran tributarán en el IRPF" ha dicho Sánchez, para terminar criticando que el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo de pasar de ser la derecha moderada a "ser la derecha tutelada por la extrema derecha". Los populares se han unido a los socios del Gobierno de coalición, Sumar, y a Podemos en no aceptar la medida tomada por el Ministerio de Hacienda de hacer tributar al salario mínimo dentro del IRPF.
Sánchez defiende la paz con la opinión firme de Ucrania
Durante su intervención en el congreso del PSOE en Palencia, Pedro Sánchez también ha defendido la necesidad de llegar a un acuerdo de paz en Ucrania, contando con la opinión del país europeo. "Ni la ley del más fuerte, ni la ley del salvaje oeste" ha defendido el presidente del Gobierno.
Sánchez también ha apuntado que la paz en Ucrania no puede imponerse sin un acuerdo con los ucranianos ni sin los europeos, y ha manifestado que "someterse ante el agresor" no refortalecerá a Europa ni traerá una paz duradera, sino que sería un presagio de "futuras y más graves agresiones".
El presidente del Gobierno de España se reunirá el próximo lunes con el líder de Ucrania, Volodimir Zelenski en Kiev, donde le trasmitirá su apoyo y el deseo de comenzar unas negociaciones de paz, apoyada en Ucrania y con el visto bueno de la Unión Europea.
