Durante su tiempo de intervención, Abascal ha sido muy duro con el Gobierno, al que ha acusado de obligar a España a estar en un "estado de excepción encubierto" del que se vanaglorian por protagonizar el confinamiento "más estricto, con mayor restricción de libertades y suspensión de derechos fundamentales" y para estar a la cabeza en el número de muertos por habitante.
En este sentido, ha criticado que después de los datos de fallecimientos conocidos, Sánchez suba a la tribuna a gritar "¡Viva el 8 de marzo!" porque, en este contexto, es como gritar "¡Viva la enfermedad y la muerte!".
Asimismo, ha afirmado que el vicepresidente Iglesias "desea una guerra civil" y ha advertido de que "en su vanidad y en su fanatismo, es capaz de provocar cualquier drama en España".
Abascal ha respondido así en el pleno del Congreso que debate la sexta y última prórroga del estado de alarma a las acusaciones de Iglesias de que Vox desea un golpe de Estado, pero no se atreve a darlo.
Unas acusaciones "gravísimas" de "golpismo" que el presidente de Vox ha atribuido a la intención del vicepresidente segundo del Gobierno de desviar la atención de sus responsabilidades "criminales".
"Creo que el señor Iglesias desea una guerra civil, pero yo no voy a decir que no se atreve, porque creo que en su vanidad y en su fanatismo es capaz de provocar cualquier drama", ha denunciado.
Por eso ha pedido "de manera solemne" a los ciudadanos que no caigan en las provocaciones "guerracivilistas" de Iglesias, elijan el camino de la concordia y se protejan del odio que, en su opinión, promueven Pedro Sánchez e Iglesias.
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