La reforma, que ha sido aprobada de forma definitiva al no incluirse enmiendas sobre el texto que salió del Congreso, corrige en el Código Penal situaciones como el castigo por el abandono del lugar de los hechos si la víctima seguía viva, pero no si había fallecido.
Ese era el caso de Anna González, la mujer que impulsó la campaña que dio vida a esta reforma, "#PorUnaLeyJusta" -después de que su marido falleciera en 2013 cuando circulaba en bicicleta atropellado por un conductor que se dio a la fuga-, para que casos como este no quedaran impunes.
A partir de hora, abandonar el lugar del accidente si este es fruto de una imprudencia propia estará penado con dos a cuatro años de prisión, y si fuera fortuito el castigo sería de tres a seis meses de cárcel.
El texto ha salido adelante con 222 votos a favor, 17 en contra y ninguna abstención.