Españoles y argentinos encabezan el ranking (71%) de nacionalidades que más roban, seguido de los norteamericanos (53%). Entre los que roban menos se encuentran los orientales, coreanos, chinos y noruegos (31%). Otras empresas del sector como Jetcost.es afirma que el 81% de los clientes reconoce haberse llevado algún objeto de la habitación.
Es frecuente que los hoteles sufran la desaparición de toallas, bombillas, cubertería, secadores, pilas del mando a distancia, albornoces, secadores, copas, sábanas u obras de arte de las paredes, afirma Francisco Canals, periodista especializado en sucesos y defensa del consumidor. "Internet se ha convertido en un hervidero para la picaresca en el que centenares de usuarios muestran sus 'trofeos' e intercambian trucos para sustraer objetos con mayor facilidad", añade.
Tampoco faltan robos de refrescos o licores del minibar. Algunos hoteles ya utilizan contramedidas tecnológicas, como básculas electrónicas y sensores de movimiento que detectan cuándo alguien ha tomado una consumición. La feroz competencia hotelera que se vive en España lleva a algunos hoteles a publicar comentarios negativos sobre establecimientos de la competencia y en otros casos valoraciones positivas sobre su mismo hotel simulando el nombre de otros clientes.
Los ladrones especializados en hoteles tampoco faltan durante esta época del año, adquieren distintas identidades y engañan hasta el más avispado de los recepcionistas. Rastrean los pasadizos en busca de una puerta mal cerrada o hackean las cerraduras electrónicas para sustraer objetos de valor. En la actualidad también proliferan sitios web espejo, operan internacionalmente y se dedican a duplicar la imagen y contenido de webs hoteleras induciendo a confusión al cliente quien acaba pagando en el sitio web clonado.