Agentes de la Policía Nacional revelan que dos personas les vigilaron el 1-O desde un coche de la Generalitat
Varios policías nacionales han explicado que el 1-O detectaron en los alrededores de un colegio a dos hombres vestidos de calle que parecían estar reportando la actuación de los antidisturbios con equipos de comunicación y que abandonaron el lugar en un coche del departamento de Presidencia de la Generalitat.
Se trata de un episodio que cinco agentes han relatado este miércoles al tribunal del "procés" y que ocurrió en torno a las 14.00 en la Escuela Pau Romeva de Barcelona, después de que el jefe del operativo recibiera una llamada avisando de que, junto a un coche de Mossos, había un segundo vehículo no logotipado con dos personas cuya actitud le generó sospechas.
Eso sucedió al tiempo que los agentes de información advirtieron que algunas personas estaban avisando de la llegada inminente de la Policía, por lo que montaron un cerco de defensa y cerraron el colegio. La Policía, ya de camino, tuvo que abortar la operación.
Tras ello, el mando desplegó un equipo de contravigilancia y al cabo de unos minutos, estos agentes informaron de que el colegio había reabierto, por lo que era el momento adecuado para actuar. Pero cuando llegaron se encontraron con un "hecho gravísimo".
En la parte de atrás del colegio, había dos hombres vestidos de calle. Uno calzaba botas tácticas y el otro llevaba una defensa extensible en el bolsillo derecho de su pantalón. A los dos se le notaban las armas cortas que llevaban bajo sus chaquetas.
Pero ante todo llevaban unos micros de transmisión auricular y medios de transmisión ocultos que, por los gestos que hacían, cogiéndose constantemente del cuello de la sudadera, parecía que "no paraban de comunicar mientras se producía la intervención" de la Policía.
Aunque solo un testigo se ha referido explícitamente a esta pareja como "mossos", varios han dejado constancia que por su experiencia y la forma de actuar de esas dos personas parecían ser policías ya que estaban en "actitud vigilante hacia la actuación del colegio".
Cuando los antidisturbios finalizaron, han continuado los testigos, estas dos personas salieron a la carrera hacia un vehículo Seat Ibiza de color gris oscuro y comenzaron a perseguir a las unidades de intervención de la Policía, como "haciendo seguimientos". Los agentes anotaron la matrícula.
El coche, han dicho, "estaba a nombre del departamento de la Generalitat, de Presidencia", lo que, en opinión del jefe, despejó sus sospechas sobre el papel de los mossos el 1-O, que él ya cuestionaba por cómo se comportaban los uniformados en los locales.
La jornada ha dejado también varias anécdotas, como ver que la Fiscalía no ha preguntado a ninguno de los cinco guardias urbanos que intervinieron en la retirada y decomiso de carteles del 1-O en Badalona (Barcelona), pese a tratarse de un actuación que implica al presidente de Ómnium, Jordi Cuixart, que se enfrenta a 17 años de prisión.
Pero tras escuchar el pasado día 2 a dos guardias urbanos, llamados por la Fiscalía, que descafeinaron el rol de Cuixart y, tras el archivo de esta causa por parte de la Audiencia de Barcelona, el Ministerio Público ha dado un giro y ha renunciado a formular preguntas a ninguno de los cinco testigos pedidos por Vox.
Tampoco ha preguntado la Fiscalía a la primer miembro de un binomio de Mossos desplegado el 1-O en un colegio de Cardedeu (Barcelona) que da explicaciones ante el tribunal de su actuación, después de que el diseño del dispositivo de Mossos basado en un binomio en cada colegio haya sido objeto de críticas constantes por parte de altos mandos de la Policía y la Guardia Civil.
Ha explicado que se encontraron a los congregados en "actitud pacífica" taponando la entrada, una situación que le impidió a ella y a su compañero entrar para incautar material e impedir la votación, más aun cuando les dijeron que no les dejarían acceder.
Al ver que los antidisturbios no llegaban y que "no era posible" entrar, esperaron hasta que la gente se disolvió rápidamente y ya entonces precintaron el centro, que estaba cerrado con llave. En todo este tiempo, no observaron ningún tipo de movimiento de urnas ni papeles ni nada.
Y hoy nuevamente un inspector de Policía ha relatado que un letrado de la defensa, que ayer un compañero suyo identificó como Andreu Van den Eynde, ralentizó su actuación el 1-O al tomarse su tiempo para leer de arriba a abajo el auto que ordenaba impedir el referéndum, declarado ilegal: "Se hizo eterno el tiempo".
Ocurrió en la Escola Dolors Monserdà, de Barcelona, donde Van den Eynde se identificó con "el carné del Colegio de Abogados de Barcelona" y pidió el auto. Tras leerlo entero y ver que la gente que estaba sentada se retiraba, el agente comprobó que el abogado no se iba, por lo que le dijo que "no pintaba nada allí porque ya se le habían dado las explicaciones".