La investigación del juez Fernando Andreu en la fase de instrucción fue emitida en 1994 de una tarjeta de Caja Madrid, dos años antes de que Miguel Blesa llegara a la presidencia de la entidad, comparte el mismo código que la mayoría de las "black".
Esta singularidad refuerza la idea de algunos de los acusados de que desde aquel entonces existían en Caja Madrid tarjetas de libre disposición y no exclusivamente para gastos de representación, como aseguró en la Audiencia Nacional el expresidente de Caja Madrid Jaime Terceiro en su declaración como testigo.
La tarjeta en cuestión es una visa emitida el 3 de mayo a nombre del ex consejero delegado de la Corporación Cajamadrid José María García Alonso con la numeración 4918 0390 2155 0026, secuencia que incluye el código 2155, al igual que la inmensa mayoría de las tarjetas consideradas "black" e investigadas en el caso.
La documentación aportada por Bankia ha sido clave para desvelar esta similitud, ya que fue el propio director de tecnología y organización del banco quien admitió que la visa de García Alonso se emitió durante la presidencia de Terceiro.
Dicha prueba documental se presentará ante la sección cuarta de la Sala de lo Penal que preside la juez Ángela Murillo, cuando se retome el juicio contra los 65 usuarios de las polémicas tarjetas, que se enfrentan a penas de entre seis años y doce meses de prisión acusados de apropiación indebida.
Antes de eso, el propio titular de esta tarjeta ha asegurado en declaraciones a "El Mundo" que se trataba de una visa exclusivamente para gastos de representación, sin embargo, algunos de los acusados han llamado la atención de que esta visa comparte el código 2155, como la gran mayoría de las "black".
Las tarjetas de representación de los consejeros y directivos de Caja Madrid se identificaban con los códigos 2151 y 2154, como se desprende del correo interno de Bankia de 8 de septiembre de 2011 aportado a la causa al comienzo del juicio oral.
En ese documento, se distinguen claramente dos tipos de tarjetas, unas "business" de directivos y colectivas gestionadas por el departamento de Recursos Humanos y, por tanto, para gastos de representación; y otras gestionadas por la Dirección de Medios, con el código 2155.
Cuando saltó el escándalo de las tarjetas "black", Bankia hizo hincapié en que estas tarjetas gestionadas directamente por la Dirección de Medios estaban fuera del circuito tradicional y se utilizaron para cargar gastos personales.
Las defensas consideran que esta información confirmaría que durante el mandato de Terceiro se emitieron tarjetas de libre disposición tanto para consejeros, regidos por el acta de 1988, como para directivos, estos últimos por medio del convenio marco de 1994.
Precisamente, creen que el hecho de que la visa con la que García Alonso desembolsó 1.100 euros y que finalmente no fue objeto de acusación por prescripción fuese emitida el mismo día en que se aprobó tal convenio reforzaría la tesis de Blesa, que sostiene que heredó el sistema de su antecesor.