Así consta en el escrito presentado ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno en el que los titiriteros defienden que los hechos investigados encajan en "el ejercicio al derecho fundamental a la creación artística", por lo que consideran que no constituyen ningún delito ni procede realizar más diligencias.
En sus alegaciones, sostienen que causa "estupor y hasta sonrojo" que se pretenda proseguir un procedimiento penal por incitación al odio por mostrar en una obra de ficción "una marioneta que representaba a una bruja que pegaba cachiporrazos a un agresor sexual, o apuñalaba a una monja que le robaba el hijo fruto de esa violación".
Y subrayan que existen dibujos animados como "Pokemon" o "Gormiti" dirigidos a menores -no como su obra, indican-, "en los que existen muchas más escenas de violencia, más realistas, más frecuentes, y más explícitas que las cuatro escenas que aparecen en la obra" de los titiriteros.
"Como era mayor la violencia empleada en los dibujos que los hoy adultos veíamos de niños, como Tom y Jerry o El correcaminos", añade el escrito, que también cita las películas de Quentin Tarantino o "la mayoría de los videojuegos que se comercializan, esencialmente destinados a niños y adolescentes, tienen como temática única o principal matar a seres humanos, sin que nadie se rasgue por ello las vestiduras".