Ese día se sabrá definitivamente si Roger Torrent accede a presentar al presidente cesado y, por lo tanto, accede a realizar una investidura a distancia, ya que Puigdemont vive en Bélgica desde finales de octubre y no tiene previsto regresar a Cataluña.
Torrent ha mantenido esta semana una ronda de contactos previos con todos los grupos y Puigdemont ha sido el único nombre que se ha puesto sobre la mesa, pero su elección podría abrir el primer conflicto de la legislatura entre los soberanistas y el Estado.
Contra la decisión de proponer a Puigdemont pesan varias advertencias: el Gobierno central ha avisado de que si se hace telemáticamente prolongará el artículo 155; los letrados del Parlament lo consideran antirreglamentario, y partidos del hemiciclo no descartan impugnarlo.
Torrent forma parte de un partido, ERC, que ha manifestado su apoyo a que Puigdemont vuelva a presidir la Generalitat, pero los republicanos no han aclarado el punto clave: si están de acuerdo en que esta investidura se produzca a distancia.
JxCat ha defendido que Puigdemont puede ser presidente estando en Bruselas y alega que no puede regresar mientras no haya garantías de que no será detenido y privado de libertad, como los otros cuatro presos soberanistas que están encarcelados. Si Torrent decide presentar a Puigdemont y éste no regresa supondrá desoír el informe de los letrados hecho público el lunes que advertía de que es "imprescindible" que el candidato a ser investido esté presente en la Cámara.
Si Puigdemont es el elegido por Torrent se abrirán varias incógnitas: la primera, si aquellos que se oponen a que sea investido a distancia deciden actuar antes o después del pleno, es decir, si impugnan el pleno de investidura o impugnan la decisión del Parlament una vez haya sido investido.
Tampoco está claro con qué mayoría Puigdemont tiene previsto volver a ser presidente: por ahora las fuerzas están empatadas en el Parlament, ya que hay 65 diputados independentistas y 65 no independentistas --a los primeros les faltan los cinco diputados que están en Bruselas--.
Estos cinco diputados han pedido votar delegando su voto a un compañero de grupo, y la Mesa del Parlament tiene que tomar la decisión de si lo autoriza --el mismo informe de los letrados no lo recomienda porque también lo ve fuera del Reglamento de la Cámara--.
Según la ley, el presidente de la Generalitat es investido en primera vuelta si logra la mayoría absoluta de votos --68 escaños o más-- y en segunda vuelta si logra la mayoría simple, por lo que Puigdemont necesita que esta delegación de voto se haga efectiva.
Aparte de la delegación de voto, Puigdemont necesita convencer a la CUP para que apoye su investidura: si Puigdemont cuenta con los cinco votos de Bruselas y los cuatro de la CUP, tendría 70 en total y podría ser investido en primera vuelta.
Si la CUP no quiere dar un voto afirmativo, a Puigdemont le valdría con que votaran los cinco diputados que están en Bruselas y la CUP se abstenga en segunda vuelta. Torrent también debería aclarar este lunes qué fecha propone para el debate investidura: tiene un plazo máximo para convocarlo hasta el 31 de enero.