Los once magistrados del Tribunal Constitucional deciden este miércoles en votación secreta quién ocupará su presidencia, que se disputan los magistrados progresistas Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer, en un Pleno al que se llega con todos los escenarios abiertos.
Fractura entre los magistrados progresistas
A las 13:00 horas comenzará el Pleno marcado por la división entre los magistrados progresistas para elegir a quien será el sustituto de Pedro González-Trevijano.
La nueva mayoría progresista del Constitucional se estrena sin apostar por una candidatura única, lo que hace peligrar la elección del que hasta ahora era el favorito para el cargo: el ex fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido.
En este Pleno se prevé fundamental el sentido del voto de la nueva magistrada progresista María Luisa Segoviano, quien podría decantar la balanza hacia Conde-Pumpido o hacia Balaguer.
Los conservadores no votarán a Conde-Pumpido
Se da por hecho que los cuatro miembros del bloque conservador no votarán por Conde-Pumpido, porque tienen muy en cuenta su cercanía con el PSOE tras ocho años como fiscal general durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno.
Los votos de los cuatro conservadores irían así a Balaguer, una magistrada con una ideología reconocida progresista y vinculada con el feminismo, pero alejada del foco de los partidos y a quien, desde filas conservadoras, ven más "empática" porque aseguran que "siempre busca sumar".
El voto crucial y que todavía se desconoce es el de la nueva magistrada María Luisa Segoviano
Sumando los votos de cada uno de los candidatos por ellos mismos, habría un empate a cinco. Por este motivo, el voto crucial y que todavía se desconoce es el de la nueva magistrada María Luisa Segoviano, quien sigue guardando silencio.
Si no hay cambios de última hora, el Pleno votará entre Conde-Pumpido y Balaguer para lograr una mayoría absoluta en primera vuelta o una mayoría simple en segunda vuelta.
¿Qué ocurre si hay empate?
En caso de que algún magistrado optara por la abstención y hubiera un empate técnico, escenario que tampoco se descarta, se daría la paradoja de que, pese a la mayoría progresista, fuera el conservador Ricardo Enríquez quien ocupara la presidencia, pues ésta recae en el magistrado más antiguo en caso de empate.
En cualquier otro caso, es precisamente Enríquez quien se postula para la vicepresidencia, siguiendo una tendencia en el tribunal de que este puesto lo ocupa el grupo minoritario, ahora el conservador.
