Así lo ha explicado a Efe un testigo, Antonio, que se ha refugiado en un restaurante cercano al Club Náutico, no lejos de donde ha tenido lugar el intercambio de disparos.
"He vivido la situación como si fuera una película, con más sorpresa que miedo", ha explicado Antonio, quien ha reconocido que los nervios han aflorado después al tomar conciencia de la gravedad de la situación.
Por su parte, Isabel, que se ha recluido en casa por indicación de la policía, se mostraba muy nerviosa y preocupada por sus familiares porque no sabía si podían estar entre las víctimas del atropello.
Esta vecina ha explicado a Efe que precisamente dejó Barcelona para vivir en Cambrils, en plena Costa Dorada, en busca de tranquilidad y que "me he encontrado con este panorama".
Tras el atentado y el enfrentamiento con los terroristas, Cambrils ha sido tomada literalmente por la policía, que ha aconsejado a los vecinos quedarse en sus casas.
Ello ha hecho que los vecinos tuvieran difícil acceder a determinadas zonas e incluso algún agente ha llegado a encañonar a algún peatón que no había atendido el requerimiento de los Mossos y circulaba por la calle.
El atentando ha sorprendido a esta tranquila población turística a última hora del día, cuando muchas personas se encontraban en las terrazas de bares y restaurantes, y se han visto obligadas a abandonar sus mesas para quedar confinadas en el interior de los establecimientos.
Hacia las tres de la madrugada, la policía autonómica ha dado por controlada la situación y ha ido desalojando gradualmente a los ciudadanos que han quedado recluidos en los locales abiertos al público.
Pese al golpe que ha supuesto para los vecinos y turistas que su localidad haya sido objetivo de los terroristas, pocas horas después del atentado que ha causado 13 muertos en Barcelona, muchos de ellos han expresado su voluntad de seguir con sus vacaciones y frecuentar desde mañana mismo los locales y las playas de Cambrils.