Villarejo, que lleva en prisión desde el 5 de noviembre de 2017 sospechoso entre otros delitos, de organización criminal, extorsión y cohecho, ha solicitado salir en libertad en varias ocasiones pero siempre se le ha denegado atendiendo a un elevado riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.
Este fue el argumento precisamente, de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional cuando rechazó sus pretensiones por última vez el pasado mes de noviembre con un auto en el que advertía de que el expolicía podría tener patrimonio oculto en el extranjero y capacidad para destruir la documentación encriptada que se le intervino al inicio de la causa.
Sin embargo, fuentes jurídicas explican a Europa Press que la situación podría haber cambiado. El juez estudiaba en las últimas semanas la posibilidad de concederle la libertad bajo una fianza elevada y con medidas cautelares que podrían ir desde el arresto domiciliario con vigilancia policial continua a la imposición de una pulsera telemática en caso de conseguir una autorización de Instituciones Penitenciarias, algo inédito dado que esta medida se restringe a personas condenadas y él es preventivo.
Hay una tercera opción y es la aplicación del artículo 508 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que abre la puerta a que el penado lo siga siendo con medidas de control fuera de los muros de la cárcel "cuando por razón de enfermedad el internamiento entrañe grave peligro para su salud".
Villarejo, que nunca se ha apoyado en razones de salud para solicitar su salida de la cárcel, incluirá este argumento por primera vez como una de sus alegaciones, aunque no es la principal, de acuerdo a las fuentes consultadas.
CAMBIO DE INSTRUCTOR
De hecho, a principios de diciembre eludió acudir a una citación en la Audiencia Nacional exponiendo precisamente que padecía de la espalda y problemas de hipertensión y el juez le demandó un informe médico que lo acreditase para estudiar si volvía a citarle o le tomaba declaración por videoconferencia.
Se da la circunstancia de que el juez no seguirá en su puesto a partir del mes de enero, puesto que ha renunciado por motivos personales a continuar como refuerzo del Juzgado de Instrucción 6 y se marchará, cuando agote su comisión de servicios el 31 de diciembre a su plaza en la Audiencia Provincial de Madrid.
De este modo, sacar a Villarejo de la cárcel, como ya hizo con sus socios Rafael Redondo y el también comisario Enrique García Castaño, o mantenerle en prisión provisional podría ser la última decisión de De Egea como instructor del 'caso Tándem'.