El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría ser llamado a declarar en unas semanas ante el fiscal especial, Robert Mueller, que investiga la injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 y la colusión con el equipo del magnate.
Una de las cuestiones clave que se pretendería con el interrogatorio al presidente es dilucidar si éste utilizó su poder para obstaculizar la investigación sobre la trama rusa.
Tras salir a la luz la posibilidad de un 'cara a cara' entre Mueller y Trump, los abogados del presidente y la Casa Blanca tratan de digerir el disgusto y de minimizar los posibles daños. De hecho, según han informado varios medios de comunicación, estarían tratando de evitar el encuentro. No obstante, si la comparecencia de Trump ante Mueller fuera inevitable, tratan al menos de que se haga a través de un cuestionario escrito. Parece que se tiene cierto miedo a la falta de contención verbal del excéntrico millonario cuyos comentarios y declaraciones podrían comprometerle aún más.
Según el diario estadounidense, 'The Washington Post', y la NBC, Mueller planteó la posibilidad de entrevistar a Trump durante una reunión con los abogados del presidente, John Dowd y Jay Sekulow.Por su parte, Ty Cobb, abogado de la Casa Blanca se ha negado a comentar el asunto alegando que no hablan sobre las comunicaciones que mantienen con la oficina del fiscal especial.
Según las fuentes que citan los medios, las discusiones entre el equipo de Mueller y el de Trump abarcaron también el posible lugar donde se desarrollaría el interrogatorio, la duración y las diferentes opciones del formato, según revela la agencia Reuters.Los abogados del presidente quieren dibujar las líneas rojas del inevitable encuentro entre Mueller y Trump.
Frank Figliuzzi, experto en contraespionaje, ha destacado en Euronews que "el equipo de Mueller quiere una entrevista 'cara a cara' . Quieren poder sentarle frente a ellos y la otra parte quiere cierto control sobre el proceso".Lo que es más que evidente es que la opción de que Tump se niegue a declarar voluntariamente ni siquiera se plantea.
En este sentido, Nick Ackerman, exasesor del Fiscal General de Estados Unidos ha descartado la posibilidad de que Trump diga 'no'. "Es el presidente. Así es que si no testifica, la deducción será que es culpable".
¿Pero culpable de qué? Las agencias de Inteligencia ya han concluido que Rusia sí tuvo un papel destacado en las elecciones presidenciales de 2016 y que su injerencia iba encaminada a beneficiar a Trump en la contienda electoral.
Desde Moscú han negado siempre haber interferido en el proceso y el propio Trump ha calificado la investigación como 'falsa' y como 'una caza de brujas'.
Sin embargo, y según varios medios de comunicación, la investigación de Mueller en relación al presidente podría ir más en la dirección de una posible obstrucción a la justicia en el marco de la investigación sobre la llamada 'trama rusa'.
Mueller tiene una baza fuerte en el exconsejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, quien ha aceptado colaborar con la Fiscalía y ha admitido haber mentido al FBI sobre las conversaciones con el ex embajador ruso en Washington al que, según él, pidió que Rusia no aumentara la tensión tras las sanciones impuestas a Moscú por el expresidente Barack Obama pocos días antes de abandonar la Casa Blanca, precisamente por la supuesta injerencia de éstos en las elecciones estadounidenses.
Flynn tuvo que dimitir de su cargo antes de cumplir un mes en su puesto tras descubrirse las reuniones con los funcionarios rusos y confesar finalmente que había mentido al FBI y al vicepresidente. Hasta ahora, tener a Flynn colaborando con Mueller es el paso más sustancial que ha dado la Fiscalía Especial desde que se hiciera cargo de la investigación.
Según el ex director del FBI, James Comey, el presidente le pidió que 'dejara pasar' la investigación sobre su ex asesor, lo que puede ser entendido como un intento de presión y de obstrucción a la Justicia.Asimismo, otro asesor de Trump, George Papadopoulos, se ha declarado culpable de entorpecer las indagaciones del FBI y de mentir sobre los vínculos entre los responsables de la campaña del magnate y MoscúPor otro lado, su exjefe de campaña, Paul Manafort, será juzgado dentro de cuatro meses por blanqueo de dinero, aunque se ha declarado inocente de las imputaciones de Mueller.
El propio Manafort, junto al hijo y al yerno del presidente, Donald Trump Jr. y Jared Kushner respectivamente, mantuvieron un encuentro con una abogada rusa afín al Kremlin con el objeto de conseguir material comprometido de la rivaldel empresario, la exsecretaria de Estado y candidata demócrata Hillary Clinton.