Desde este jueves 2 de enero, las autoridades alemanas dejarán de exigir el uso de mascarillas en el transporte público, transitando desde la obligatoriedad a la voluntariedad y a la responsabilidad individual de cada ciudadano.
Tres años después de que iniciara la pandemia de coronavirus, la obligación de usar la mascarilla en el transporte de larga distancia como buses o trenes ya no se aplicará a partir de este jueves, del mismo modo que para los nueve estados federales en sus respectivos medios de transporte, ha informado la cadena NTV.
La decisión llega tras las crecientes peticiones de algunos líderes políticos para que se abandonase la obligación, ya que Alemania, junto a España, era el único país de la Unión Europea que todavía seguía exigiendo la mascarilla.
Más recientemente, las empresas de transporte también se habían pronunciado a favor de terminar con la exigencia en el transporte público local, asegurando que, dada la situación de la pandemia, "hace mucho tiempo que no es necesaria una obligación".
"Cada vez se hacía más difícil hacer cumplir esto a los pasajeros y explicarles por qué no tenían que usar una mascarilla en un avión completamente ocupado o en una sala de conciertos con entradas agotadas, pero sí en el autobús y en el tren de camino al aeropuerto o al concierto", ha aseverado un portavoz de la Asociación de Empresas Alemanas de Transporte en declaraciones al citado medio.
De este modo, los requisitos federales sobre mascarillas sólo se aplicarán en clínicas, residencias de ancianos, consultas médicas y otros centros sanitarios, según ha informado la agencia DPA.