Además están deshidratados y, aunque muchos habían llegado a perder el apetito, tal y como informa la ONG, están empezando a comer de nuevo. Y es que después de 18 días en el mar, sin respuesta de ningún gobierno europeo, la tripulación del Sea Watch -con 32 personas a bordo- y la del Sea Eye -con otras 17-, hacen un llamamiento desesperado, un llamamiento a la solidaridad.
La situación es insostenible, según Frank Dorner (uno de los médicos a bordo) que alertaba así del deterioro físico y psíquico de los 49 migrantes. Italia no se plantea reabrir los puertos y todas las miradas apuntan ahora hacia Malta, cuyo gobierno se ha negado a acogerlos (decía el primer ministro) para no sentar precedente.