Según relata hoy el diario Al Masae, el imán y responsable de la mezquita de Had Ras Alain, una aldea situada en la región de Marrakech, se equivocó y llamó a la oración desde la mezquita cuatro minutos antes del momento exacto de la puesta de sol.
Al escuchar su llamada, los aldeanos comenzaron a comer el "iftar" o comida con que se rompe la jornada de ayuno, hasta que se dieron cuenta de que se habían equivocado. Entonces se dirigieron al domicilio del imán, lo llamaron, y cuando este salió a recibirlos, recibió una lluvia de piedras que también alcanzó a varios de sus familiares, necesitando el imán ser hospitalizado por heridas graves.
No está claro por qué se produjo la equivocación del imán, y el diario conjetura que pudo ser porque estaba probando los nuevos altavoces de la mezquita. El ramadán, uno de los cinco pilares del islam, es vivido en Marruecos de forma muy estricta, y es imposible ver en la calle a una persona que rompa el ayuno en pleno día: no solo la ley lo castiga (hasta seis meses de cárcel), sino que la sociedad lo reprueba con tanta o más fuerza que la policía.