El portavoz de la Fiscalía General saudí, Shalaan al Shalaan, indicó en una rueda de prensa que tanto Qahtani como el subdirector de los servicios secretos saudíes Ahmed Asiri, las dos principales figuras procesadas por el caso fueron liberados porque no se encontraron pruebas en su contra.
El cónsul saudí en Estambul, Mohamed Al Otaibi, fue también exonerado sin que se encontraran pruebas en su contra.
"El Tribunal de Sanciones emitió sentencias contra 11 acusados. Condenó a muerte a cinco personas como castigo por complicidad y participación en el asesinato de Khashoggi", indicó Al Shalaan.
Añadió que tres acusados fueron encontrados no culpables por falta de pruebas (Qahtani, Asiri y Al Otaibi) y otros tres fueron condenados por encubrimiento a penas que en su totalidad suman 24 años, pero no especificó ni las identidades ni las sanciones.
Según el portavoz de la Fiscalía General, las investigaciones mostraron que no hubo intención de matar a Khashoggi, puesto que los acusados y la víctima no estaban "enemistados".
Al Shaalan aseguró que familiares del periodista, los hijos de la víctima y representantes Turquía han asistido a las sesiones del caso.
Khashoggi, un periodista crítico moderado con el Gobierno saudí y columnista del diario Washington Post, fue asesinado el 2 de octubre de 2018 en el consulado saudí de Estambul, en un crimen escabroso que mereció el repudio internacional e hizo derrumbarse la imagen pública de Arabia Saudí.
Pese a que Naciones Unidas y el Senado de los Estados Unidos responsabilizaron directamente al príncipe heredero Mohamed bin Salman por el crimen, el hombre fuerte del reino no ha sido procesado.
El Departamento del Tesoro estadounidense sí responsabilizó directamente a Al Qahtani de la "planificación y ejecución de la operación que condujo al asesinato de Khashoggi".
Al Qahtani, que había trabajado para la familia real desde 2003, incrementó su poder cuando Bin Salmán se convirtió en 2017 en príncipe heredero de Arabia Saudí.