El presidente de Siria, Bashar al Asad, ha asegurado que su aliada Rusia no le alertó del propiedad del Ejército sirio, del que fue informado "solo minutos antes del ataque", cuando los misiles crucero norteamericanos estaban a punto de impactar.
Estados Unidos informó con antelación a Rusia sobre este ataque en un intento de preservar cierto asomo de cordialidad entre ambos países a sabiendas de que Rusia colabora en la campaña aérea contra los rebeldes sirios.
Al Asad, en este sentido, no descarta nuevos ataques estadounidenses. "Por supuesto, un ataque (de EEUU) puede tener lugar en cualquier momento y en cualquier sitio, no solo en Siria", respondió Al Assad a la pregunta de AFP sobre la posibilidad de nuevos bombardeos, en comentarios recogidos a su vez por la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
A juicio del presidente sirio, esta posibilidad existirá mientras el verdadero poder en EEUU esté en manos de los fabricantes de armas, las corporaciones financieras y la banca. El ataque del 7 de abril sobre la base aérea fue una represalia al uso de sustancias tóxicas en la ciudad de Jan Sheijun, provincia de Idlib, del que Washington culpa a Damasco. Según EEUU, los aviones sirios habían salido de la base de Shairat para bombardear Jan Sheijun. Damasco niega toda implicación en la tragedia que, según la Organización Mundial de la Salud, causó 84 muertos y 545 intoxicados, tres días antes.