"No sé exactamente a qué partido pertenece mi mujer. En realidad su lugar es mi cocina, mi comedor y el resto de habitaciones de mi casa", dijo el presidente nigeriano a la pregunta de un periodista sobre un pronunciamiento político de su esposa.
La respuesta de Buhari puso en una delicada situación a Merkel, quien hasta entonces había elogiado los esfuerzos de Nigeria en la lucha contra el terrorismo internacional y hecho votos para una intensificación de la cooperación bilateral.
La canciller puso cara de circunstancias y luego soltó una sonrisa algo displicente, mientras el presidente proseguía con su discurso acerca del papel que, a su parecer, le corresponde desempeñar a la primera dama.
Aisha Buhari, la segunda esposa del líder nigeriano, apoyó activamente a su marido en la última campaña electoral, pero en una reciente entrevista con la cadena británica BBC cuestionó que fuera a hacerlo de nuevo si éste no cambiaba su rumbo político y no remodelaba su Gobierno.
El presidente nigeriano, general retirado de 72 años que lideró el país entre 1983 y 1985 después de dar un golpe de Estado, ascendió al cargo el pasado 2015 tras ganar las elecciones su opositor Congreso de Todos los Progresistas (APC).