Los bombardeos de anoche en Erbil (la capital del Kurdistán iraquí) afectaron a la base estadounidense del aeropuerto internacional, dejando al menos hay 4 civiles muertos y entre ellos un bebé de tan solo un año. Los ataques de la Guardia Revolucionaria iraní son la respuesta al doble atentado del pasado día 3 de enero, en el que 94 personas fueron asesinadas en suelo iraní.
Irak -que ya ha retirado ya a su embajadora en Teherán y amenaza con presentar una queja ante el Consejo de Seguridad de la ONU- acusa al régimen de los Ayatolás de atacar a civiles y niega la existencia de un cuartel de espías sionistas en territorio kurdo.
El primer ministro del gobierno regional del Kurdistán iraquí, Masrour Barzani, habla de acusaciones infundadas y espera que la comunidad internacional actúe. "Lo sorprendente es que no somos parte de este conflicto, no sabemos por qué Irán está tomando represalias contra los civiles del Kurdistán, especialmente en Erbil. No tenemos nada contra ninguno de nuestros vecinos, y especialmente contra Irán. No sabemos cuáles son las razones, pero todas las acusaciones que han hecho son infundadas", afirma. "Esperamos que el gobierno federal de Irak y la comunidad internacional tomen todas las medidas necesarias para detener la repetición de estos ataques en el futuro", concluye Barzani.
Por su parte, Irán califica los bombardeos de anoche de "actos disuasorios ante la amenaza de su seguridad nacional".