La clase política y la sociedad civil se vuelca en un informe que se ha filtrado y que viene a decir que las escuelas deberían prohibir dar clases a gays y lesbianas o prohibir que den clases profesores homosexuales. Preguntado por el informe, el primer ministro, Scot Morrison dijo que las leyes australianas permiten a las escuelas católicas negar un sitio en sus centros a estos chicos. La oposición entiende que el Gobierno está amparando una discriminación por razón de orientación sexual y pide al primer ministro que se retracte y que busque la fórmula para revertir esta ley.
Aunque Morrison asegura que "es una ley que existe, existe, no vamos a cambiar una ley, una normativa que esta vigente". A pesar de que algunos estados del país han modificado esa ley y no permite a las escuelas religiosas discriminar a sus alumnos debido a su orientación sexcual, el primer ministro insiste en que no va a cambiar ley a nivel nacional y recuerda que recientemente Australia ha aprobado el matrimonio homosexual, una ley por cierto a la que Morrison se opuso y que no quiso votar.