No fue un ataque de pánico lo que motivó su compra. Pretendía especular revendiendo el producto a través de un portal de compras y subastas aprovechando un posible desabastecimiento. Pero en Australia, como en España, no ha habido ese problema y además, la página de internet que pretendía utilizar bloqueó su cuenta en castigo por especular en tiempos de crisis sanitaria.
Al ver coartada su vía de ganancias fáciles, volvió al hipermercado inicial pretendiendo devolver todos los productos alegando que no lo necesitaba ni podía revenderlo. El establecimiento se ha negado a anular la transacción y ha hecho público un comunicado afeando el comportamiento del cliente.
Tendrá que vivir con las consecuencias de sus actos, aseguran. Con las consecuencias y con los 4.800 rollos de papel higiénico.
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