El sacerdote Mariano Naing, portavoz de la Iglesia católica local, precisó en un encuentro con periodistas que la prensa internacional no podrá acceder al aeropuerto de Rangún, la antigua capital birmana, para cubrir el lunes la llegada del pontífice.
Tampoco tendrá acceso a la ceremonia de bienvenida oficial que la líder birmana, Aung San Suu Kyi, ofrecerá el martes al papa en Naipyidó, al norte de Rangún y actual capital del país. Las restricciones también incluyen el acceso a la reunión que el pontífice mantendrá ese día con líderes religiosos locales.
Los medios oficiales birmanos son los únicos que cuentan con autorización para cubrir esos actos. Las autoridades birmanas han aducido "razones de seguridad" para justificar las restricciones, precisó Naing.
La visita del Papa Francisco a Birmania coincide con la crisis humanitaria provocada por la operación del Ejército local contra los rohinyá en el estado de Rakáin, en el oeste del país y hogar tradicional de esa minoría musulmana.
La operación militar -que ha incluido desde fines de agosto la muerte de cientos de personas, violaciones múltiples, la quema de pueblos y cultivos, y el exterminio del ganado de esa comunidad-, ha obligado a más de 620.000 rohinyá a buscar refugio en Bangladesh.
El papa cumplirá en el vecino país la segunda y última etapa de su viaje por el continente asiático, que según algunos observadores tiene el objetivo de mediar en una crisis motivada por lo que la ONU ha calificado de una operación de "limpieza étnica de manual".