Madrid |
Dicen los expertos del Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Buenos Aires, que las pocas especies de aves que anidan en las ciudades intentan, ellas también, mimetizarse con el entorno para no ser muy llamativas ante los depredadores.
El resultado del estudio es fruto de años de investigación y análisis sobre el terreno. El doctor en biología Lucas Leveau descubrió que el panorama de color en las aves se modificaba según se alejaba de las ciudades.
Así, en las zonas residenciales, con más espacios verdes, observó especies de coloración amarilla y verde. Las áreas rurales estaban ocupadas por especies con combinaciones de negro, marrón y blanco. Mucho más lejos, en áreas selváticas o boscosas es donde aparecen los colores más intensos, mucho más llamativos, como el azul, el naranja o el amarillo intenso.