Los ministros de Exteriores del G7 coinciden en pedirle a Israel contención y moderación en su respuesta a los ataques iraníes del pasado fin de semana. Desde la isla italiana de Capri, el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell insiste en la necesidad de ampliar el régimen de sanciones a Irán, para hacerlo más eficaz y evitar así una guerra regional que podría tener, dice, nefasta consecuencias para Europa. "Tenemos que pedirle a Israel que contenga su respuesta a los ataques iraníes. No podemos permitir que el conflicto escale. No quiero exagerar, pero estamos al borde de una guerra, una guerra regional en Oriente Próximo que generará consecuencias en el resto del mundo, en particular en Europa, así que párenlo. Cuiden de la población de Gaza, cesen el fuego, envíen ayuda humanitaria y liberen a los rehenes", ha dicho Borrell a su llegada a la cumbre extraordinaria del G7.
Otro de los asuntos que se abordan hoy en Capri es la guerra en Ucrania, con la petición del jefe de la diplomacia comunitaria a los países del G7 para que movilicen las seis baterías antiaéreas "Patriot" que pide Volodímir Zelenski para reforzar sus defensas antiaéreas. "No podemos depender exclusivamente de Estados Unidos, tenemos que asumir nuestra responsabilidad y dejar de decir que Estados Unidos lo resolverá todo. Nosotros tenemos ‘Patriots’ y tenemos sistemas antimisiles, por eso debemos sacarlos de nuestros almacenes y enviarlos a Ucrania donde la guerra está al rojo vivo", asegura. A su llegada a la cumbre, el ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, se ha mostrado convencido de que si Kiev pierde la guerra, Putin nunca se sentará a negociar la paz.
El encuentro de los ministros de las siete democracias más ricas del mundo cuenta también con la presencia del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y del ministro ucraniano de Exteriores, Dmitró Kuleba.