"71 años han pasado desde aquel día. Era una mañana luminosa y sin nubes. La muerte cayó del cielo y el mundo cambió", dijo Obama al comenzar su discurso durante su visita a la ciudad nipona arrasada por una bomba atómica el 6 de agosto de 1945.
El mandatario estadounidense, que se convirtió hoy en el primero en ejercicio en visitar Hiroshima, participó en una ceremonia en el Parque de la Paz de la ciudad junto al primer ministro nipón, Shinzo Abe, a la que también asistieron al menos tres supervivientes del ataque.
Obama, aseguró que la memoria de las víctimas de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima hace siete décadas "nunca debe desaparecer", ya que supone una "esperanza para el futuro" y "alimenta un cambio".
El presidente estadounidense quiso recordar "las voces de las víctimas" de la tragedia, y destacó la necesidad de "mantener viva su memoria, porque alimenta nuestra imaginación, nos permite cambiar y nos da esperanzas sobre un futuro mejor".
"Busquemos un futuro en el que Hiroshima y Nagasaki no sean conocidas como el amanecer de la guerra nuclear si no como el comienzo de nuestro despertar moral", añadió Obama, quien como estaba previsto no pidió disculpas por los bombardeos atómicos estadounidenses aunque sí intercambió breves palabras con tres supervivientes del ataque.
Uno de ellos, Sunao Tsuboi, dijo antes de la ceremonia que quería agradecer al mandatario de EEUU su visita y decirle que no guarda ningún rencor.
Por su parte, Shigeaki Mori, otro superviviente de 88 años, se abrazó a Obama cuando éste se acercó a saludarle pero según reconoció después, se le fue la cabeza y no recuerda lo que le dijo.
Obama ofreció el discurso tras realizar una ofrenda floral ante el cenotafio en memoria a los 140.000 fallecidos por el ataque, la mayoría civiles, y visitar brevemente el Museo de la Paz, que relata con detalle el efecto que tuvo la bomba en Hiroshima.
Por su parte, el primer ministro nipón que también habló durante el acto dijo que Japón había "esperado desde hace mucho esta visita" y que nunca más se deberá repetir lo que sucedió en Hiroshima y Nagasaki hace siete décadas.
"Nunca se debería volver a vivir esta dura experiencia, es nuestra responsabilidad que hagamos un esfuerzo por la paz", apuntó Abe.
Tras los discursos, los dos mandatarios han dado un breve paseo por el parque y se han acercado a los restos de la cúpula "Gembaku" que quedó en pie tras el ataque que arrasó la ciudad.
En ese momento los acompañó el ministro nipón de Asuntos Exteriores, Fumio Kishida, originario de Hiroshima, que se encargó de explicar a Obama la historia del monumento.
Tras una ceremonia de poco menos de una hora, el presidente de EEUU se dirigió a la base militar estadounidense de Iwakuni, desde donde partirá hacia Washington en el avión presidencial Air Force One.
Obama se desplazó hoy a Hiroshima tras participar en la cumbre de dos días de líderes del G7 en el parque natural de Ise-Shima, que queda a unos 400 kilómetros hacia el este.