Hacía semanas que no llovía con tanta intensidad en La Habana aunque muchos de sus habitantes se congregaron en calles aledañas al recorrido por el Casco Histórico de la ciudad para dar la bienvenida al presidente norteamericano, el primero que visita la isla en casi 90 años.
Debido al mal tiempo, la ceremonia de encuentro de Obama con el personal diplomático estadounidense en Cuba y sus familias no se celebró en la Embajada de Estados Unidos al aire libre, como estaba previsto, sino en un salón del hotel Meliá Habana.
También se modificó el recorrido por la parte de la ciudad conocida como la Habana Vieja que tenía previsto realizar Obama junto a su esposa, Michelle, sus dos hijas, Malia y Sasha, y su suegra, Marian Robinson, quienes le acompañan en este viaje.
Ese paseo comenzó en la Plaza de Armas, donde la familia Obama estuvo contemplando la estatua de Carlos Manuel de Céspedes, uno de los líderes independentistas de la isla.
Todo el recorrido, que continuó por el Palacio de los Capitanes Generales, que fue el edificio del antiguo gobierno colonial y que ahora alberga el Museo de la Ciudad, estuvo guiado por Eusebio Leal, el historiador oficial de La Habana y artífice de la restauración de esa zona de la capital.
Bajo una intensa lluvia y protegidos por paraguas, la familia presidencial llegó a la Plaza de la Catedral, donde Obama se detuvo brevemente a saludar a algunos de los ciudadanos que les esperaban en los edificios aledaños mientras su esposa, Michelle, caminaba agarrada del brazo de su madre, Marian Robinson. Dentro de la catedral fueron recibidos en privado por el cardenal cubano y arzobispo de La Habana, Jaime Ortega.
Después, la comitiva presidencial se introdujo por las estrechas calles de Habana Vieja y Centro Habana, donde cientos de vecinos hicieron fotos desde balcones y puertas, y les recibieron con aplausos y vítores.
Muchos de esos habaneros, entre ellos niños, saludaron también con mucho entusiasmo a los periodistas que están cubriendo la visita del presidente y se dejaron fotografiar sonrientes.
Para cerrar el día, la familia presidencial escogió cenar en privado en el "paladar" (como se llama en Cuba a los restaurantes privados) "San Cristóbal", ubicado en Centro Habana. De acuerdo con la Casa Blanca, ese restaurante lleva cinco años funcionando y su dueño reside junto a su familia encima del local.
Poco antes de las nueve de la noche hora local, cuando los Obama se marcharon de Centro Habana, cientos de vecinos seguían en las calles para tratar de presenciar, aunque fuera de lejos, los coches y autobuses de la comitiva presidencial.
La familia pasará la noche en la residencia del embajador estadounidense en Cuba y para este lunes Obama tendrá una agenda repleta, que incluirá un encuentro con el mandatario cubano, Raúl Castro, y la participación en un foro con empresarios estadounidenses y "cuentapropistas" (emprendedores) de la isla.
El chef español José Andrés y el fundador de la empresa estadounidense de alquiler de viviendas particulares Airbnb, Brian Chesky, estarán entre los participantes de ese foro, según ha informado la Casa Blanca.
Obama es el primer presidente estadounidense en ejercicio que visita Cuba en casi 90 años. A él se le vio relajado y sonriente por las calles de La Habana, y a los cubanos entusiasmados con su visita.