Un centro de Biarritz y alrededores prácticamente desierto. La ciudad costera recibe el sábado a los dirigentes mundiales que participarán durante tres días en el G7 que es ya una especie de búnquer protegido por tierra, mar y aire.
El aeropuerto sólo está operativo para las delegaciones y este viernes por la noche quedarán cerradas varias estaciones de tren del País Vasco francés.
Algo más de 13.000 policías y gendarmes han sido desplegados con el refuerzo de medios militares y de unidades especiales de intervención para garantizar la máxima seguridad frente a la amenaza terrorista, pero también en previsión de los incidentes que podrían producirse durante las manifestaciones previstas, sobre todo el sábado, entre Hendaya e Irún por la presencia de radicales y antisistema.
Un dispositivo de seguridad que cuenta con el apoyo de las fuerzas del orden españolas.