"El Gobierno de Birmania ha informado a la relator especial Yanghee Lee que se le niega cualquier acceso al país y cooperación mientras dure su mandato", explicó la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en un comunicado. Estaba previsto que Lee visitara Birmania en enero próximo para evaluar cuestiones relativas a los derechos humanos en todo el país, incluyendo los abusos perpetrados contra los rohinyás, en el estado noroccidental de Rakáin. Lee, citada en la nota, mostró su decepción por la actitud que ha asumido el Gobierno birmano y dijo que esta prohibición es "un fuerte indicio de que algo terrible está ocurriendo en Rakáin, así como en el resto del territorio.
Más de 620.000 miembros de esta comunidad han huido a la vecina Bangladesh, donde se encuentran como refugiados, debido a una ola de violencia en la que, según Médicos Sin Fronteras, han sido asesinados al menos 6.700 rohinyás, incluidos 730 niños menores de cinco años, durante los primeros 30 días de crisis, que comenzó el pasado 25 de agosto. En distintos foros y reuniones de la ONU, el Gobierno de Birmania prometió que cooperaría con la organización, así como con la misión de la relatora especial.
Entre las explicaciones que las autoridades han dado para su decisión está el contenido crítico de las declaraciones que Lee realizó tras la visita que efectuó el pasado julio a Birmania, que hasta ahora había aceptado colaborar con Lee. Lee indicó que "había una relación de respeto mutuo", pero que ahora el Gobierno la acusa de haber actuado con deslealtad y sin objetividad.
Un relator especial asignado por la ONU a un país específico requiere realizar dos visitas anuales al mismo para poder preparar un informe completo para el Consejo de Derechos Humanos y la Asamblea General de la ONU. Desde que asumió esta misión, Lee ha visitado Birmania seis veces, aunque no siempre pudo desplazarse adonde deseaba debido a que las autoridades no se lo autorizaban, alegando problemas de seguridad.
Birmania se alinea ahora con la posición de no cooperación que ya había adoptado con una comisión investigadora independiente, instancia igualmente creada por el Consejo de Derechos Humanos para documentar las violaciones graves de los derechos humanos en este país. "Es una vergüenza que Birmania haya optado por este camino. Ellos siempre han afirmado que no tienen nada que esconder, pero su negativa a cooperar con mi mandato y con la misión investigadora indica lo contrario", comentó la relatora, quien aún así mostró esperanzas de que las autoridades cambien de opinión.