Cameron promete "mantener al país unido" y garantiza más poderes a Escocia
ondacero.es
Madrid | 08.05.2015 21:12
En una declaración institucional en Downing Street tras obtener una inesperada mayoría absoluta en las generales de este jueves, Cameron ha afrontado la reapertura del debate territorial como consecuencia del monopolio de los nacionalistas en las circunscripciones escocesas --en las que consiguieron 56 de los 59 escaños-- y ha reivindicado que tanto el ejecutivo con base en Edimburgo, como el afincado en Londres que él presidirá "son importantes y ambos pueden ser más poderosos" por el beneficio común.
"Siempre he creído en gobernar con respeto y gobernar con respeto implica reconocer que cada uno tiene su gobierno y por eso he defendido el proceso de devolución y me he mantenido fiel a mi palabra con el referéndum" escocés, ha declarado tras haber mantenido la tradicional audiencia en el Palacio de Buckingham en la que informó a laReina de la formación de un ejecutivo que en este 2015 será monocolor, tras la coalición con los liberaldemócratas que había presidido en los últimos cinco años.
Ante el nuevo panorama institucional alumbrado por los comicios, el 'premier' se ha comprometido a garantizar para Escocia, que hace tan sólo ocho meses votó 'no' en el plebiscito de independencia, "el gobierno con las transferencias más potentes del mundo", así como a "implementar lo más rápido posible el proceso de devolución que todos los partidos acordaron para Escocia, Gales e Irlanda del Norte".
El caso inglés
Al respecto, el 'premier', que ha conseguido la hegemonía en Westminster en su segundo intento, ha confirmado que Edimburgo disfrutará, entre otros beneficios, de una ampliada autonomía fiscal. Este progreso, según ha avanzado, se desarrollará en paralelo a la revisión del estatus de Inglaterra y del principio de 'votos ingleses, para leyes inglesas'.
De esta manera, Cameron ha retomado el compromiso reivindicado por él mismo nada más conocerse la derrota de la secesión escocesa el 18 septiembre y, tras verificar una mayoría absoluta que no le había anticipado ninguna encuesta, ha advertido de "no podría haber una reforma constitucional si ésta no incluye a Inglaterra". "Mi aspiración es mantener al país unido, una nación, un Reino Unido", ha apostillado.
Su discurso, prácticamente libre de triunfalismos partidarios, se ha centrado en reivindicar el potencial de Reino Unido y la oportunidad que representa un mayor margen de maniobra para implementar sus compromisos electorales sin el filtro de un socio de gobierno. "Un programa para los trabajadores, capaz de materializar todo lo que se había planteado", ha destacado el mandatario, quien ha defendido que las mayorías absolutas obligan más a los ejecutivos a "rendir cuentas ante los ciudadanos".
País orgulloso
En esta línea, ha aprovechado para contraponer el escenario de crisis que encontró a su llegada al poder con el panorama de crecimiento actual en un "país con una capacitación increíble, con sentido del humor y con compasión". "Si mantenemos todo esto, llevaremos a estas islas, con el pasado del que nos sentimos orgullos, hacia un futuro del que estar todavía más orgullosos para hacer a Reino Unido más grande todavía", ha proclamado recién estrenado un segundo mandato en el que ve a su país "al borde de algo especial".
Por ello, ha apelado a trabajar para consolidar "un lugar donde la vida es mejor para cada ciudadano" y ha avanzado que sus prioridades pasarán por la reducción de impuestos, las facilidades para la compra de vivienda, la creación de empleo y, "sí, ese referéndum para decidir el futuro de Reino Unido en Europa".
Su objetivo, por tanto, es "asegurar que la recuperación alcanza a todos los lugares" y que la economía pasa a estar "reequilibrada", precisamente una de las asignaturas pendientes del bipartito, que no ha sido capaz de romper la excesiva dependencia que Reino Unido guarda del hegemónico sector de los servicios.
Apoyo a Clegg y Miliband
Por último, ha tenido unas palabras de apoyo para sus hasta este jueves rivales, empezando por sus antiguos socios de gobierno, los liberaldemócratas, cuyo batacazo los ha dejado con tan sólo ocho escaños en el Parlamento: "Estoy orgulloso de la primera coalición que gobernó en 70 años y quiero agradecer a quienes trabajaron duro para hacerla funcionar, en especial a Nick Clegg", quien esta jornada anunció su dimisión como consecuencia del varapalo.
Asimismo, ha confirmado que quien había sido el jefe de la oposición en el último lustro, el laborista Ed Miliband, lo había llamado ya para "desear suerte", un gesto que Cameron ha calificado de "típicamente generoso de alguien que se dedica al servicio público por los motivos correctos".
Tras una campaña de "confrontación de ideas", el 'premier' se ha alzado como único vencedor tras una gesta considerable, ya que tan sólo hay dos precedentes en la historia en los que un ejecutivo que estuviese en el poder durante más de dos años experimentase un aumento de su porcentaje de voto. El hito a obliga a mirar a los años 50, única década que registró este fenómeno, que Cameron ha superado ahora al pasar de 307 escaños de 2010 a hasta 330, cuatro por encima de la mayoría absoluta.