Según publicaba La Presse, un medio canadiense, no es que el Gobierno de Trudeau prohibiera la entrada a Puigdemont, sino que este se equivocó al hacer los trámites de acceso al país.
En vez de sacar la visa en la web oficial, usó una privada que le cargó 60 euros en vez de 5 y no le informó bien de los trámites.