La manifestación de hoy comenzará a las 23.30, hora peninsular española en Lafayette Square, cerca de la Casa Blanca, y estará rodeada, como ocurriera en Charlottesville, de varias concentraciones de oposición.
Las autoridades han prometido una sólida presencia policial para mantener a ambos lados separados y evitar las peleas callejeras que estallaron el 12 de agosto del año pasado.
Ese día, Heyer murió arrollada por James Alex Fields Jr., natural de Ohio, y visto horas antes en la marcha supremacista. Otras 35 personas resultaron heridas. Fields se ha declarado inocente y su juicio comenzará en noviembre.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lamentó ayer sábado los incidentes. "Los disturbios en Charlottesville de hace un año dieron lugar a la división y a una muerte sin sentido. Debemos unirnos como nación. Condeno todo tipo de racismo y actos de violencia. ¡Paz a todos los americanos!", escribió el presidente en Twitter.
Precisamente Trump protagonizó una polémica en su respuesta inicial hace 12 meses a este suceso, al minimizar el impacto de la participación de los supremacistas diciendo que "hay gente estupenda en ambos bandos". El mandatario tardó días en reconocer a Heyer por su nombre.
Los nacionalistas blancos tildaron su protesta como una represalia contra la eliminación de una estatua en honor a un comandante del Ejército confederado, el bando perdedor de la Guerra Civil de EEUU.
La marcha de hoy está organizada por el mismo responsable de la protesta de Charlottesville, Jason Kessler, quien tenía previsto repetir escenario este año, pero las autoridades locales le negaron el permiso.