Xi realizó su intervención en lo alto de la puerta de Tiananmen, ubicada en el corazón de la capital china, acompañado de sus antecesores en el cargo Jiang Zemin y Hu Jintao, así como figuras internacionales como los presidentes ruso, Vladímir Putin, y venezolano, Nicolás Maduro, o el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
"Nosotros, los chinos, amamos la paz. No importa lo fuertes que nos convirtamos, nunca buscaremos hegemonía o expansión", destacó Xi en su intervención. De forma previa al desfile, medios independientes adelantaron que el Gobierno desvelaría medidas de un plan radical para transformar el Ejército de Liberación Popular (ELP) del país, el mayor del mundo, tras el evento castrense.
Xi busca convertir al ejército en un cuerpo moderno equiparable a los más punteros de Occidente, y el anuncio de la reducción de tropas busca otorgar más importancia a las fuerzas navales y aéreas, según expertos.