El Gobierno local acusó a una empresa de gestión de residuos de haberse deshecho de los animales en un vertedero de las montañas Dayin entre 2013 y 2014, en lugar de haberlos incinerado. Las autoridades ya han empezado a excavar la zona para poder eliminar estos residuos con el objetivo de que no perjudiquen a la salud de los habitantes, aunque las primeras muestras tomadas en el vertedero apuntan a que no hay restos de ninguna enfermedad contagiosa.
Según la investigación policial, las instalaciones refrigeradoras de la empresa encargada de eliminar los restos de los cerdos muertos solo tenía capacidad para 50 toneladas, por lo que hasta en seis ocasiones arrojaron los cuerpos de los animales en tres puntos diferentes de la zona. Las provincias del este de China son conocidas por los criaderos de cerdos y, aunque existe una normativa para deshacerse de los animales, a veces algunos comerciantes recurren a los vertederos en un intento de ahorrar en gastos de las incineraciones.