Madrid |
En Florida donde la alarma de la cámara de seguridad instalada en la puerta de su vivienda alertó a Crawford Lewis de una presencia extraña. Estaba tan dormido que la verdad es que en lugar de ir a la puerta, acudió a ver la grabación de la cámara. En ella pudo comprobar como el intruso era un cocodrilo de grandes dimensiones que había trepado por el aparador para intentar devorar a una tortuga que en realidad estaba pintada en un cuadro del rellano. Debía ser una imagen hiperrealista, aunque el cocodrilo perdió pronto el interés por la pieza y se marchó.
Otro cocodrilo, se dejó fotografiar por una familia que había alquilado una vivienda por internet. Una casa de verano con piscina. Con piscina con un flotador hinchable. Con un flotador hinchable en forma de cocodrilo. Sobre el que tomaba el sol el cocodrilo de verdad.
Un cazador de caimanes tuvo que hacerse cargo de la situación para sacar al animal de la piscina.