La mayoría de estos problemas que se detectaron en los estados de Arizona, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania y Virginia se debieron a problemas de procedimiento, mientras que hubo otros fallos que se produjeron en Georgia, Nueva York y Texas.
El incidente más grave tuvo lugar en una zona residencial de Azusa, una ciudad del valle de San Gabriel a unos 37 kilómetros al noreste de Los Ángeles, donde una persona murió y al menos otras dos resultaron heridas en un tiroteo cerca de un centro de votación.
El centro de votación tuvo que cerrar y los electores fueron desviados a otros centros cercanos para que pudieran ejercer su derecho, sin que esté claro si el incidente, en el que al menos una de las víctimas era un votante, tuvo relación con las elecciones.
En el crítico estado de Florida, donde el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, y su rival demócrata, Hillary Clinton, protagonizan una reñida disputa, varias personas denunciaron comportamientos agresivos e intimidatorios en centros de votación.
Según la presidenta de la organización Committee for Civil Rights Under Law, Kristen Clarke, se registraron gritos y personas que utilizaban megáfonos "de forma agresiva" dirigiéndose a los votantes en varios centros de votación desde Miami hasta el condado de Dade.
En el mismo estado, una mujer también atacó, presuntamente, con un pulverizador de pimienta a un hombre tras haberse registrado una pelea en un centro de votación, mientras que en la ciudad de Hollywood individuos agresivos se acercaron a los votantes más madrugadores, lo que impidió que se votará libremente. El grupo de Clarke aseguró haber recibido quejas por parte de más de 80.000 votantes al medio día, aunque esperan que la cifra aumente a 175.000 al final de la jornada electoral.
También en el estado de Colorado el sistema electrónico de votación de todo el territorio sufrió un problema técnico que inutilizó las máquinas de votación electrónica desde las 14:47 hasta las a 15:16 hora local, es decir, un total de 29 minutos.
Por ello se vio interrumpida la votación, ya que el sistema no podía acceder a la base de datos de los votantes del estado y no se podía llevar a cabo la identificación de los electores.
En el estado de Utah, las máquinas de votación electrónica en el condado de Washington obligaron a los voluntarios de los centros de votaciones a usar papeletas físicas y ello causó incluso que algunas personas registradas se vieran obligadas a trasladarse a otro centro, ya que sólo 99 de las 380 máquinas de votación tenían programadas de forma correcta las tarjetas de memoria.
Alrededor de 52.000 votantes registrados tuvieron que emitir sus votos en la región, cerca de la frontera con el vecino estado de Arizona durante esta mañana. Además, en más de un punto del condado de Wilson, en Tennessee, las máquinas dejaron de funcionar y la votación tuvo que continuar de forma manual.