Hace más de cinco siglos, el profeta Nostradamus preveía que, en el 2024, "un adversario rojo" sembraría el pánico en el "gran océano": hoy mismo, The Economist publicaba un artículo refiriéndose a los numerosos conflictos que convierten el océano en el principal territorio de disputa de cara al 2024. Los buques de guerra chinos navegan peligrosamente cerca de Taiwán, y si bien los hutíes de Yemen pueden no ser un "adversario rojo" - a pesar de los motivos escarlatas de su bandera-, este grupo guerrillero yemení está incrementado la tensión en una región ya caldeada desde el pasado mes de octubre.
Conflicto en la "Puerta de las Lágrimas"
Aunque en Europa son pocas las personas que sabrían señalar con precisión la ubicación del estrecho de Bab al Mandeb - un estrecho "gemelo" del canal de Suez que conecta el Mar Rojo con el Oceáno Índico-, el tráfico marítimo que todos los días discurre a través de este paso tiene un gran peso en el comercio global, pues, tal y como indica la Organización Marítima Internacional, cerca de una cuarta parte del comercio marítimo a nivel planetario atraviesa esta ruta que conecta Europa con el continente Asiático. Desde el Mar Mediterráneo, un barco mercante puede acceder al Mar Rojo a través del Canal de Suez, y alcanzar el Océano índico navegando por una franja de apenas 32 kilómetros de largo que separa el sur de la Península Arábiga del Cuerno de África.
La "Puerta de las Lágrimas" - esta es su traducción desde el árabe- es crucial para mantener el fluido funcionamiento del comercio internacional, aunque se sitúa en un entorno geopolítico siempre envuelto por el conflicto: Yibuti y Eritrea dan la bienvenida a los barcos del Mandeb desde el lado africano, y los guerrilleros hutíes de Yemen, desde hace unas semanas, perpetran ataques con misiles y drones a todas las embarcaciones que relacionan con Israel: con estas incursiones, los hutíes se han convertido en un nuevo agente relevante en el conflicto entre Hamás e Israel, en la órbita de otros países del "eje de resistencia chií" como El Líbano, Siria e Irán.
Territorio en permanente conflicto
Sin embargo, el Catedrático en Relaciones Internacionales de la Universidad Europea, José María Peredo, no considera que los ataques hutíes constituyan una regionalización del conflicto palestino-israelí, sino la continuación de un dilatado frente abierto que, en su opinión, entraña el principal problema en Oriente Medio: el enfrentamiento entre diversos grupos armados de carácter político, étnico o religioso en la zona, como Hamás, Hezbolá o el Estado Islámico. Peredo opina que esta contienda desbarata la situación de relativa estabilidad en la zona que se alcanzó tras el final de las guerras de Siria e Irak.
Los hutíes, en concreto, son un grupo armado político-religioso que profesa el Islam chií, al igual que un tercio de la población de su país natal, Yemen. Este estado del Golfo Pérsico, considerado el más pobre de todo Oriente Medio, posee una "trayectoria de división histórica", según indica Peredo, que señala que el país estuvo divido en dos - Yemen del Norte y Yemen del Sur- entre 1962 y 1990. El catedrático indica que, si bien esta división se asoció a los alineamientos propios de la Guerra Fría, Yemen -como otros países de la zona- es en realidad un territorio marcado por la inestabilidad política y social.
Los hutíes: una poderosa guerrilla en Yemen
Con la reunificación del país en 1990, la influencia de la vecina Arabia Saudí, país de mayoría musulmana suní wahabista, comenzó a incrementarse notablemente, sobre todo con el liderazgo del presidente Ali Abdalá Salé, señalado en numerosas ocasiones por corrupción. Desde los 90, un grupo liderado por Hussein Badreddin al Houti - que daría nombre a los "hutíes"- se revolvió contra el Gobierno del país, y participaron en numerosos conflictos y guerrilla contra el Estado.
Poco a poco, los hutíes han logrado hacerse con gran parte del país: en 2015, la guerrilla tomó la capital, Saná, y envió al exilio al presidente Al-Hadi, que tuvo que abandonar el país. Tal y como señala El Orden Mundial , los hutíes no cuentan con un proyecto político claro, y su caótico liderazgo está en mano de guerrilleros y figuras religiosas.
Irán - otro país chií - apoya y financia a este grupo, que se enfrenta a una poderosa coalición: Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos apoyan al gobierno yemení y se enfrentan a los hutíes, en un conflicto que ha provocado, según la ONU, cerca de 377.000 muertos y una crisis humanitaria que sufren 14 de los 28 millones habitantes del país. Tras el estallido del conflicto en Gaza, los hutíes decidieron posicionarse del lado de Hamás - otro grupo chíi -, y aprovechar sus posiciones en la costa del Mar Rojo para atacar los barcos que atraviesan el estrecho de Mandeb, y reforzar así la presión sobre el país hebreo para que cese su campaña en los territorios palestinos.
El comercio global, amenazado
Grandes navieras, como Maersk y Hapag-Lloyd, han suspendido su tráfico a través del canal, escenario ya de 26 ataques perpetrados por el grupo armado que controla la capital de Yemen y gran parte de este país árabe, asolado desde hace décadas por una cruenta guerra entre el Gobierno y los guerrilleros chiítas hutíes, que hoy suponen "una grave amenaza para el comercio internacional y la seguridad marítima", tal y como señaló hace unos días el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Las consecuencias de este bloqueo del canal ya son perceptibles desde el punto de vista económico: el coste logístico en el transporte de mercancías entre Europa y China se ha elevado en un 25%, puesto que muchas embarcaciones están optando por rodear todo el continente africano para desplazarse entre el este y el oeste del mundo, o hacer uso del ferrocarril para trasladar sus mercancías.
El mayor miedo de los analistas, sin embargo, no se ha materializado todavía: el precio del petróleo no se ha disparado, aunque el precio del barril sí se ha elevado un 4% en los últimos días: cerca de 4,5 millones de barriles de petróleo extraído del Golfo Pérsico atraviesan Al Mandeb a diario, y la inestabilidad de la zona ha provocado que las exportaciones de petróleo procedente Estados Unidos se disparen en un 35%. Aún es pronto para conocer las consecuencias económicas de este conflicto, que The Economist ha definido como "una nueva crisis de Suez", en referencia al enfrentamiento en torno a este paso que unió a varios países occidentales contra el Egipto de Nasser en 1956.
Respuesta Internacional: "Guardián de la Prosperidad"
El pasado mes de diciembre, tras los primeros ataques perpetrados por los hutíes, Estados Unidos anunció la creación de una coalición internacional para proteger la navegación en esta ruta, bautizada como "Guardián de la Prosperidad". En la alianza participan - directamente o mediante apoyo logístico- países tan variados como Estados Unidos, Reino Unido, Baréin, Canadá, Grecia, Países Bajos, Noruega y Seychelles.
Si bien España fue invitada a participar, Defensa declinó la oferta. Peredo, sin embargo, reivindica el papel de España en la defensa de la navegación, y recuerda el papel de nuestro país en la Operación Atalanta, que protege las aguas próximas al Cuerno de África, azotadas por la piratería de origen somalí.
Hasta ahora, las acciones lideradas por la Marina Estadounidense se habían limitado a la intercepción de misiles y ataques hutíes: el ministerio de defensa publicaba el 4 de enero que, gracias a "Guardián de la Prosperidad", se han interceptado 19 drones, misiles y torpedos, permitiendo que 1.500 barcos mercantes hayan podido transitar sin problemas por las aguas del paso. Sin embargo, en la madrugada del viernes tanto Reino Unido como Estados Unidos decidieron activar la ofensiva contra los hutíes, atacando 60 objetivos logísticos del grupo armado, y acabando con 16 ubicaciones de militantes hutíes en enclaves del país como Hodeidah, Dhamar, Bani o el aeródromo de Abbs.
Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido, afirma que "Reino Unido defenderá la libertad de navegación y el flujo libre del comercio", y Joe Biden afirma que los ataques han servido "para proteger a nuestra gente y el libre flujo del comercio internacional". Dylan White, portavoz en funciones de la OTAN, ha expresado el respaldo de la Alianza Atlántica a la operación, que ha contado con el apoyo logístico de Canadá, Alemania, Países Bajos y Dinamarca. "Estos ataques eran defensivos y estaban diseñados para preservar la libertad de navegación en una de las vías fluviales más vitales del mundo", ha afirmado el representante de la OTAN.
"Peor que en Vietnam"
Mohammed al-Bukhati, actual líder de los hutíes, afirma que Estados Unidos y Reino Unido han cometido "la mayor locura de su historia", ha anunciado represalias y ha avisado de que la intervención estadounidense terminará "peor" que en Vietnam o Afganistán. Otros países como Irán, Turquía o Rusia han condenado el ataque, mientras que China, como es habitual, ha hecho un llamamiento a la calma.
El catedrático José María Peredo, sin embargo, no teme que estas intervenciones provoquen una escalada en el conflicto, pues considera que se trata de "una respuesta muy concreta" al ataque hutí, que se enmarca más en la lucha contra la piratería en el Cuerno de África que en las características que definieron la intervención estadounidense en países como Irak o Siria.