La apelación de los colonos a la Corte Suprema de Israel sostiene que se aceptó la de los Palestinos sin aportar pruebas de que el lugar de sus asentamientos fuera propiedad privada. Además, el liderazgo de los colonos ha declarado que no opondrán resistencia alguna al desalojo. Sin embargo, en la última casa de la calle se agrupan decenas de jóvenes llegados de otros lugares y considerados potencialmente radicales, por lo que es una incógnita si ofrecerán resistencia violenta