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Un año de guerra en Ucrania
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Un año de guerra en Ucrania
Madrid | 24.02.2023 12:19 (Publicado 24.02.2023 05:34)
Se cumple un año de la invasión rusa de Ucrania y desde aquel 24 de febrero de 2022 los efectos de la contienda se han hecho evidentes en todo el mundo y los hemos notado en España en diferentes aspectos de nuestra vida diaria. En este artículo abordamos cuáles han sido las principales consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania en nuestro país.
Ucrania es el primer exportador de cereal a Europa y el bloqueo en los puertos de Ucrania de las partidas de esta carga hizo temer en un primer momento por la producción de algunos productos y por si ello se iba a traducir en un problema de desabastecimiento en los mercados y supermercados.
Concretamente, en España preocuparon los problemas derivados de la importación del maíz (un 22% procedente de Ucrania). Como respuesta, desde el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se anunciaron contactos para traer materias primas de Argentina y Estados Unidos, entre otros mercados.
Más preocupación despertó la situación del aceite de girasol del que se compraba medio millón de toneladas a Ucrania. Algunas industrias como la del dulce y las conserveras alertaron de que se estaban quedando sin existencias y los supermercados tuvieron que racionar la compra de botellas de este aceite para evitar el desabastecimiento ante la adquisición compulsiva por parte de algunos consumidores.
Pasado este primer nerviosismo, la verdad es que durante este año no se ha producido este temido desabastecimiento salvo en estos momentos puntuales tras el inicio de la invasión, como recordaba el ministro Luis Planas en 'Más de uno'.
Las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania han sido evidentes en España desde el primer momento. La guerra contribuyó a empeorar una coyuntura ya complicada desde antes por la pandemia del covid. "La guerra de Putin" ha servido de argumento principal al Gobierno para justificar cada mal dato económico desde su inicio y también la razón por la que se han aprobado diversos paquetes de medidas enmarcados en el llamado 'Plan Nacional de respuesta a la guerra de Rusia en Ucrania'.
El primer paquete de medidas, que aprobó el consejo de ministros el 29 de marzo de 2022, incluyó la bonificación con un mínimo de 20 céntimos el litro de combustible para todos los ciudadanos, la prohibición de los despidos o el establecimiento de un límite del 2% a las revisiones de los alquileres.
El plan, según explicó en su momento el propio presidente del Gobierno, tenía el objetivo de "repartir de forma justa los efectos de la guerra" con "medidas para proteger a la ciudadanía y los sectores más afectados", las familias y los trabajadores.
La guerra también ha influido directamente en los precios de la energía, el precio de la luz ha alcanzado por ello máximos históricos en el último año con picos de hasta 700 euros. El encarecimiento de la energía se ha debido al temor de que las exportaciones rusas hacia Europa se vieran frenadas por las sanciones impuestas por la Unión Europea.
Esta factura disparada de la electricidad motivó que el Gobierno bajara el pasado mes de junio IVA de la luz del 10% al 5%, una medida que continúa en vigor.
Pasados los primeros meses de la guerra, con el dato de inflación disparado y en medio de una crisis económica, el gobierno decidió en verano ampliar el paquete de medidas de respuesta a los efectos de la guerra. Este segundo paquete incluyó la bonificación del 100% de los viajes en Cercanías, rodalíes y Media Distancia y un impuesto especial a la banca y a las compañías energéticas, entre otras medidas estrella.
Ya al final de año, en diciembre de 2022, el gobierno aprobó un tercer paquete de medidas también para hacer frente a las consecuencias de la guerra y para paliar los efectos de la inflación en la cesta de la compra. Las decisiones más destacadas fueron la eliminación del IVA en los alimentos de primera necesidad, el cheque de 200 euros o la prórroga en el precio de los alquileres.
Junto a estas medidas se han intercalado otras justificadas por los efectos de la guerra, como el plan de ahorro energético que incluía el ajuste de los termostatos en edificios administrativos, espacios comerciales y culturales, estaciones de tren y autobuses y aeropuertos.
Concretamente, este plan establecía una temperatura mínima de 27 grados para los meses de verano, y una máxima de 19 grados en invierno, entre otras obligaciones y el presidente del Gobierno justificó su imposición con el objetivo de reducir la factura energética para contribuir "a reducir la dependencia del agresor, Putin, y a doblegar la curva de la inflación".
España ha apoyado militarmente a Ucrania desde el inicio de la guerra. El Gobierno aprobó un primer envío de "material militar ofensivo" que consistió, según explicó la ministra de Defensa, Margarita Robles, en 1.370 lanzagranadas contracarro y 700.000 cartuchos de fusiles y ametralladoras.
Pedro Sánchez visitó además Ucrania en abril de 2022 y, ante su homólogo ucraniano Volodimir Zelenski, anunció el envío de armamento y el entrenamiento de militares ucranianos.
Este apoyo armamentístico no ha sido aprobado en ningún caso por sus socios de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición, quienes han expresado en múltiples ocasiones su rechazo al envío de armas. Recientemente, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha pedido al PSOE que reconsidere su postura respecto a la guerra de Ucrania.
El último capítulo de enfrentamiento en este punto ha sido a cuenta de los tanques Leopard. España ha confirmado que enviará diez de estos carros de combate a Ucrania, algo sobre lo que Podemos se ha mostrado en contra porque consideran que sólo contribuye a la a la escalada bélica.
Según un informe presentado por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, España es el quinto país de la Unión Europea que más población ucraniana ha acogido: 168.00 personas.
Un año después de inicio de la guerra, el flujo de ucranianos se ha estabilizado, pero no ha cesado. Frente a las 8.000 llegadas semanales de los primeros meses, ahora llegan unos 1.000 semanales a los cuatro centros de recepción de refugiados que hay en España: el de Alicante, Barcelona, Madrid y Málaga, por ese orden.
Siete de cada diez ucranianos acogidos son mujeres, 82.000 ya están empadronados, otros 35.000 han pasado por el sistema de acogida y 18.500 aún permanecen en él.
En cuanto a los niños, hay 36.000 menores escolarizados (el 5% del total de toda la UE) y cientos de ellos huérfanos.
Precisamente, Pedro Sánchez se ha reunido esta semana con refugiados ucranianos y ha resaltado en un mensaje en su cuenta de twitter que en España les hemos dado acogida y han podido recuperar sus vidas.
En definitiva, es evidente que la guerra de Ucrania ha marcado la vida política, económica y social de España en el último año.